🥀❤️Mi querida flor roja ❤️🥀Kokushibo x Muzan Kokuzan

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Capítulo 4     2/3

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Habían pasado ya dos días desde aquella conversación, esa noche iban a salir a la ciudad de Asakusa, pues había varios médicos en la zona, además de florerías exóticas, así que, podrían buscar información de ambas cosas. Ya estaban en la entrada de la ciudad, Kokushibo había tenido que disminuir un poco su altura, no hubo mucho que hacer con las flores, no había forma de ocultarlas, ahora vestía con aquella camisa blanca y sus pantalones, realmente no tenía mucha ropa, mientras que su señor usaba un traje negro elegante, al momentos de adentrarse en la ciudad fue otro problema, pues al no ver nada se chocaba bastante con la gente.

— escuchando un quejido por parte de su luna volteo a ver en su dirección, viendo cómo este chocaba con la gente, era de esperarse, se detuvo y fue hacia el, una ves estuvo frente a él iba a tomar su mano, deteniéndose a centímetros de esta, pero, no la tomó, eso... se vería raro, además, porque su mano?, podría decirle que lo agarrará de su ropa o algo por el estilo, pero algo dentro de él, no quería hacer eso, por lo que finalmente tomó su mano, poniéndose a su lado—  mantente a mi lado, así evitaremos que choques, ahora, camina —dijo volviendo a avanzar—

—aún si trataba de esquivar a toda la gente con el mundo transparente este ya le estaba fallando, pues ahora solo parecían siluetas borrosas, alcanzó a distinguir a Muzan, deteniéndose cuando este se puso enfrente de el, antes de que pudiera pronunciar algo, sintió como la mano de el rey de los demonios sostenía la suya, esto hizo que todo su rostro se tiñera de rojo, y sus latidos aumentaban como locos, ahora tenía algo de miedo por que le diera un ataque— e-esta bien, discúlpeme de v-verdad   —contestó con una notable vergüenza mientras caminaba junto a él—

—volteando a verlo río levemente al ver su rostro, le gustaba cuando su cara estaba así de roja, además su mano temblaba un poco, le sorprendía que siendo su demonio más poderoso y un ser que era capaz de matar a casi cualquier persona, se avergonzará con cosas tan simples como agarrar su mano— prefiero esto a que te retrases

Pero, porque reaccionaba así, comenzó a hacerse esa pregunta mientras continuaban caminando, Kokushibo era una persona realmente tranquila e inexpresiva muchas veces, incluso podría decir que si se quedara quieto parecería un muñeco, y ahora que lo a estado cuidando habla más de lo normal, se avergüenza, e incluso llega a tartamudear, cosa que nunca había visto en el antes.
Aunque no era el único que estaba pasando por esos "cambios", aunque no lo admitiría en voz alta, al rey de los demonio le gusta la compañía del contrario, incluso si solo dormía, lo hacía sentirse bien, un sentimiento que era algo difícil de conseguir para el, pues normalmente estaba estresado o enojado por alguna estupidez del resto de sus demonios.

Además, ahora que estaban pasando mas tiempo juntos, comenzó a darse cuenta de varias cosas sobre su luna, para empezar el gusto que aún mantenía por algunas frutas, su agrado por la música del Biwa y del Shamisen, y su habilidad en las manualidades, pues en una ocasión lo descubrió acariciando una flauta de bambú echa a mano, sin olvidar sus características físicas, debido a las inyecciones lo había visto más de cerca, su cuerpo era bastante... intrigante, pues sus pectorales eran algo más grandes de lo normal, su abdomen estaba bien trabajando, y por lo que había alcanzado a ver en esas ocasiones, su cintura era un poco más pequeña que la de un hombre normal, sin olvidar que su cadera era algo an-

—apretó levemente la mano del contrario, porque estaba pensando de esa manera sobre su subordinado, tampoco era la primera vez que veía el cuerpo de un hombre, siempre que mataba a algún cazador para comerlo veía sus cuerpos, pero solo los veía con desagrado, en cambio el cuerpo de Kokushibo le causaba... cierta curiosidad—