S̷I̷P̷N̷O̷S̷I̷S̷
En el mundo antiguo predominaban las criaturas mágicas y entre estas, existían dos eternos rivales, que desde tiempos que uno no se imagina se han odiado a muerte.
Por un lado, habitando el valle existían los Hombres lobo. Seres de...
Pasaban los días a paso muy lento, y no sabía el porqué, pero se negaban a darle su libertad.
Definitivamente lucharía con todas sus fuerzas hasta lograrlo.
Solo se limitaban a venir Wow, el muchacho de mirada depravada, que vio el día que lo capturaron; y YuChan, un chico bastante serio. Quienes se encargaban de traerle alimento o agua.
Pero esa mañana entro el otro de los chicos; ese chico con ojos amables, y bonitos rasgos. Quien apareciendo delante de la celda, el chico moreno se acerca rápidamente a una distancia prudente, donde el más flaquito de ellos, abre la reja para dejarle en el suelo un plato con comida, y una botella de agua, manteniéndose en silencio.
El chico de cabellos castaños, observaba como el más delgado se dirigía a la salida, pero como pudo, le llamó.
Kai : — Por favor no te vayas todavía..
Y enseguida noto como el chico contrario, se detenía. Dándose la vuelta, observando al prisionero con impresión.
Kai : — ¿Cuánto tiempo me seguirán teniendo aquí? ¿Por qué no me dan mi libertad?..
El chico de ojos medios rojizos, dudó por un instante, y habló, pero se mantuvo en su sitio.
Byeongkwan : — Has estado apenas una semana aquí desde que te capturaron, si te lo preguntas. El consejo se enteró de que nuestro rey te tomó prisionero, es por eso que aun sigues aquí. Porque mientras ellos lo saben, tú estancia se prolongará y hasta no saber el por qué estás aquí, con que intenciones, dudo que salgas pronto.
Apenas mencionó esta información, se volvió a dar la vuelta, pero el moreno, importándole poco sus cadenas, logró tomarlo del brazo, extrañándose en que no le hubiese apartado inmediatamente.
Kai : — ¿Qué hay de el Señor Chanyeol? ¿Por qué no ha venido?
Byeongkwan : — ¿Por qué preguntas por él?..
Kai : — Eh.. no lo sé, me preocupa que no haya regresado, después de que le confesé mis razones del por qué vine a estas tierras.
Byeongkwan : — En ese caso, no estoy cien por ciento seguro de todos sus movimientos, pero según era conocido, él debe estar en estos momentos reunido con el consejo de sabios, decidiendo tu destino.
Al pronunciar esto último, provocó que el moreno tragara en seco. Y de un segundo a otro, sintió desvanecerse, a lo que fue ayudado por el chico contrario, quien lo depositó con cuidado sobre su cama.
Byeongkwan : — Escucha, ¿Jongin, verdad? Sinceramente me da lástima que te encuentres en esta situación. Pero te aconsejo que pruebes alimento y bebas agua, sino te enfermaras. Dudo mucho que quieras morir en este lugar.
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