Mi primer día en Seúl quería que fuese tranquilo, pero el ruido proveniente del apartamento que teníamos enfrente no me dejó dormir lo que me hubiera gustado.¿Quién en su sano juicio pone música antes de las diez de la mañana? Mi maldito vecino… y las gemelas ni se enteraron del ruido.
Salí de mi habitación con mi pijama. Consistía en una camiseta dos tallas más grande y un pantalón corto un poco ajustado, pero cómodo. Me dirigí a la cocina en busca de algo de beber, mientras escuchaba de fondo un trap callejero. No me disgustaba la música, pero si el horario y lo alta que estaba.
Con un poco de molestia me acerqué a la puerta dispuesta a llamar la atención de ese vecino o vecina. Si lo dejaba pasar, mañana pasaría lo mismo y el siguiente día igual. Si iba ahora de buena forma a comentarles mi molestia, ellos deberían ser agradables. No sé muy bien cómo es la gente aquí, al principio en la calle la gente parecía muy distante. Pero entiendo que son culturas diferentes y yo soy la que está en su país y debe adaptarse.
Rezaba porque mis vecinos fueran agradables y sé pudiera hablar con ellos. Al fin y al cabo íbamos a vivir frente a frente todo un año.
Abrí la puerta del apartamento y salí. Me quedé frente a la puerta blanca de mi supuesto vecino, escuchando la música retumbar. Di dos golpes a la puerta y escuche pasos de tacón venir hacia mí. Una chica con cabello negro y ceño fruncido me miraba de arriba a bajo sin tapujo alguno. Se apoyó en su puerta y se cruzó de brazos.
—- ¿Qué quieres? —dijo arrogante con un inglés británico perfecto.
Algo que no cuadraba con sus rasgos. Iba a responder cuando apareció un chico tras mi espalda, pasando su brazo por mi hombro para hacerse hueco y poder entrar al apartamento. No pidió permiso y mucho menos espero que me apartará, entró empujándome e ignorando mi presencia.
—- ¿¡Que es este alboroto Bibi!?
Su inglés también era perfecto. La chica rodó los ojos y fingió bostezar.
—- Me aburres hermanito, me voy, he quedado.
Pasó por mi lado empujándome y con una sonrisa falsa. El otro chico reparó ahora en mi, me miró confundido.
—- ¿Quién eres y qué se supone que quieres? Pareces una mendiga…
—- Veo que de tal palo, tal astilla… se ve de lejos que sois hermanos y eso no es un halago. ¡Apaguen la música por dios!
Me giré y entré en mi apartamento sin mirarlo más. Cerré bruscamente y me dejé caer en el sofá.
—- ¿Y todo ese alboroto? ¿¡Por que cierras la puerta tan fuerte!? —se quejó Danielle bostezando.
—- Te despiertas ahora y no con la fiesta que tenían los vecinos… sois increíbles.
—- ¿Viste a los vecinos? ¿Son guapos?
—- Sos dos hermanos, una tipa súper arrogante y su hermano. El es mono, pero se ve de lejos que es un cretino… Ah saben inglés, ellos se comunican así, así que deduzco que son de fuera.
No me esperaba que mis vecinos fueran extranjeros y que encima fueran tan maleducados. Se veía a distancia que eran muy arrogantes y que seguramente tendríamos más problemas con ellos. Aunque su apartamento se veía más lujoso. Desde la puerta se podía apreciar una amplia sala y se podía ver una pantalla plana de bastantes pulgadas. Era sorprendente la diferencia en los dos apartamentos, aún teniendo los mismos metros cuadrados o similares.
—- Bueno que se le va a hacer, nos queda aguantar, hermanita… Mira el lado positivo, ¡Ya estás despierta para hacer el desayuno!
No pude evitar poner los ojos en blanco, para después terminar obedeciendo. Tenía hambre igualmente y ya no iba a poder quedarme dormida. me adentre en la cocina y rebusque que teníamos, pero obviamente no hemos comprado comida, así que no tenemos nada.
—- ¡Danielle! —grite desde la cocina esperando que esta apareciera. No tardó mucho en entrar en la cocina con su cepillo de dientes en mano.— Necesito que vengas conmigo a comprar aunque sea a la tienda de conveniencia que hay a unos metros de casa.
Se sacó el cepillo de dientes de la boca y habló con fastidio.
—- Está bien… ¡pero me compras algo por acompañarte!
Me tocó aceptar eso. La verdad es que Danielle era bastante más fácil de llevar, su personalidad es más agradable e infantil que la de su hermana gemela.
Nos cambiamos de ropa rápido, me puse unos simples Jeans y una sudadera ancha. Tampoco iba a arreglarme para comprar cuatro cosas en un seven. Salimos juntas del apartamento y bajamos por las escaleras para hacer un poco de ejercicio, que según Danielle, me venía bien… esa mocosa siempre se burla de mi trasero. Según esas dos mocosos del diablo, tengo trasero de stripper.
¿Cómo es un trasero de stripper? ¿Es bueno o malo tenerlo? Dudas que no me dejan dormir por las noches.
Apenas tardamos tres minutos en llegar a la tienda, estaba en la misma calle que nuestra casa. Eso me gustaba, porque seguramente vendría más de una noche a cenar ahí.
Estaba bastante tranquilo, veía a una chica joven ordenando unos paquetes de ramen y a un chico en el mostrador. Ambos parecían tener mi edad. Danielle no tardó en alejarse de mí para dirigirse a buscar su comida basura. Ya no me preocuparé por su comida, son ya bastante mayorcitas para saber qué deben comer. No voy a hacer de madre de esas dos brujas.
Agarré una de las pequeñas cestas y fui metiendo paquetes de ramen de varios sabores. Quería probarlos todos, algo bueno debía tener que alimentarnos de ahora en adelante de puro ramen. Por lo menos que sean de diferentes sabores.
Miraba algunos de los paquetes indecisa, el picante no era un problema muy grande para mi, nuestro padre solía usarlo mucho en las comidas que él preparaba.
—- ¿Necesitas ayuda?
Me sobresalte al ver al chico del mostrador, apoyado en la estantería mirándome con una pequeña sonrisa.
—- Oh, ¿hablas inglés? —dije sorprendida por su buena pronunciación.
—- Estudié un par de años en Manchester, fue hace bastante pero aún recuerdo varias cosas.
Me estaba sorprendiendo ver a tanta gente con buen inglés, debía deberse a vivir demasiado cerca de la universidad. La mayoría debían de tratarse de estudiantes.
—- Entiendo, yo soy de Londres. —Solté un poco cohibida, al tener la atenta mirada del chico de ojos marrones.
—- ¿Cómo terminaste aquí?
El parecía tener bastante interés y me parecía bastante atractivo. Aunque no era el momento de buscar alguna clase de noviazgo, debía centrarme en buscar un trabajo de medio tiempo que me compaginara con la universidad.
—- Mi padre era coreano, así que pensé que sería bonito venir y pasar mis años de universidad aquí, conociendo la otra parte de mi cultura.
—- Eso es muy bonito, bueno te dejaré tranquila, si me necesitas allí estoy… —señaló el mostrador—. ¡Ah sí! Te recomiendo el de queso y mi nombre es S.coups o así me decían en Manchester.
—- Encantada, yo soy Nía.
Ambos nos dimos un apretón de manos mientras me inclinaba un poco en forma de respeto y agradecimiento. El fue bastante gentil conmigo.
Seguí su recomendación y agarré varios de queso. Tras comprar algunas bebidas y algo más de comer, volvimos a casa. Donde a mi me tocó preparar el desayuno de esas dos brujas y el mío propio.
¿Así sería nuestra vida ahora?
❅─• 「 」 •══••✧๑♡๑✧•ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡ ۣۣ፝ۜ͜͡ஓ♡
Segundo capítulo de esta historia!
Creo que esta se puede volver una de mis favoritas, creo que competirá con el ladron de bragas 😂
Pd: aún no tengo banners :p
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Savage Night +18
FanfictionNia Stone era una joven estudiante, realizando su carrera de producción musical. Se ve envuelta en una serie de catástrofes desdichas y cae en la conclusión de que debe trabajar urgentemente para no perder la beca y el piso en el que se hospeda. Su...