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El resto del día lo pasamos en casa, acomodando nuestras cosas y familiarizándonos con el apartamento

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El resto del día lo pasamos en casa, acomodando nuestras cosas y familiarizándonos con el apartamento. En mi caso apenas tarde en acomodar mi habitación, no había traído muchas cosas. Solo lo básico para sobrevivir, creí que sería más práctico comprar las cosas no tan prescindibles aquí.

Pero mis dos hermanas adolescentes no pensaron lo mismo. Esas dos se trajeron todo lo que pudieron, por muy innecesario que fuera.

Tomé asiento en la mesa de mi escritorio blanco y admire por completo la habitación. No me convencía, estaba demasiado vacía. Este año me propondría llenar esta habitación de recuerdos y buenas energías.

Papá siempre era positivo, por muy fea que fuera la situación. Lo añoraba tanto… Mañana será un día muy duro y estoy segura de que si él estuviera aquí prepararía uno de sus desayunos especiales, como solía prepararnos cuando teníamos algo importante.

Aún recuerdo cuando se tiró toda la madrugada preparando un pastel para felicitar a Vernon por entrar en el equipo de baloncesto. Él era tan especial, no merecía irse tan pronto.

Me empecé a agobiar un poco estando encerrada. Me puse en pie y me acerqué a la ventana, abrí esta y respiré profundamente el aire no muy puro de Seúl. Me llamó la atención un chico encapuchado saliendo de la casa de nuestro casero con un perrito bastante adorable. ¿Tendrán servicio de paseador de perros? Parecen muy ricos, aunque parecía que el tercer piso está separado del resto de la casa, como si fuera independiente. Lo deduzco por las escaleras laterales que llevan directamente a este.

Tal vez también lo tengan alquilado. Deduzco que este edificio lo completan puros universitarios, como mis vecinos de enfrente. Ojalá el resto sean más agradables.

Debía encontrar un amigo o amiga que me ayudará a ubicarme, me ayudará con mi coreano y también a buscar trabajo… más que un amigo, necesito un milagro.

Ese día nos fuimos pronto a la cama, las tres sabíamos que iba a ser una semana muy difícil. Por lo menos las dos mocosas parecían entender la situación crítica en la que estábamos.

Pero yo también entiendo que son niñas, apenas cumplieron sus dieciséis y la vida para ellas es un juego. Nunca tuvieron que preocuparse por no tener comida suficiente para el mes, fueron niñas privilegiadas. Mis padres las consistieron desde bebés.

Por el contrario, Vernon y yo vivimos el esfuerzo que mis padres daban día a día por llegar a fin de mes, antes de que nuestro padre encontrase un trabajo fijo y nuestra madre comenzará a dar sus clases de español en una pequeña escuela de idiomas.

Aún recuerdo la cantidad de ropa que tuve que usar de Vernon. La gente no quería dar trabajo a un hombre asiático, la xenofobia en esa época estaba fuerte. No lo recuerdo mucho, yo apenas tendría cuatro años o menos. Pero la gente era cruel con mi padre, mucho tiempo se rieron de su acento en inglés. Por no hablar de la cantidad de veces que lo llamaron “Chino” de forma despectiva.

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⏰ Última actualización: Nov 17 ⏰

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