❰ narra Maddyson ❱
Agosto.
— hermanita... Hermanita.
Una voz infantil me despertó de mi sueño pesado. Abrí los ojos levemente, viendo a Oliver con una sonrisa en su rostro. Acote un ruido con mi boca cerrada para que siga hablando.
— Stannie está al teléfono. Te espera en la línea.
Sin más, se fue de mi habitación corriendo. Me talle los ojos con cansancio y miré mi reloj en la mesita de luz. Eran las nueve de la mañana. Me quejé, me estiré y, perezosamente, me levanté de mi cama. Descalza, baje las escalera y me adentre al living, viendo a Oliver jugando con su pista de autos y a Payton durmiendo en el sofá.
— ¿y mamá? — le pregunté a mi hermano menor, con una voz ronca por despertarme recién.
— se fue a comprar. Contéstale a Stannie.
Me había olvidado completamente de que me desperté y baje por ello. Agarré el teléfono, que estaba apoyado en la mesa, y me lo puse en la oreja.
— ¿qué pasó? — hablé con la voz ronca nuevamente.
— hola, Maddie. Perdón que te hablé tan temprano, si quieres cuelgo — habló Stan del otro lado de la línea.
— no, no. Está bien. ¿Qué pasó?
— no pasó nada, pero... hoy es mi Bar Mitzvah y quisiera que vinieras, si es que quieres y puedes.
— Stanley Uris, — fruncí el ceño y puse mi mano izquierda en mi cadera — ¿por qué no me dijiste nada antes?
— es que, como te ponen incómoda esas cosas, pensé que no querrías ir — rió nervioso.
— sí, es verdad. Pero por ti hago un esfuerzo. Ya lo sabes, Stanley —sonreí.
— Gracias, Maddie — rió —. Es a las 10... Ah, tengo otra mala noticia.
— no quiero saber.
— tienes que venir con vestido.
— ¿en serio? — mi cara se entristeció. Odiaba los vestidos — Si es por ti, me voy hasta Saturno.
— no seas tonta. Nunca te obligaría hacer algo que no quieres, ya lo sabes.
— pero esto es algo importante para ti, así que voy a estar ahí siempre — sonreí bobamente.
Stanley rió nuevamente — te veo allá, linda. Sé puntual.
— como tú digas, Stan. Nos vemos allá — estaba a punto de cortar, pero el rubio llamó mi nombre por la línea —. ¿Qué pasó?
— Te quiero, Maddie... Te quiero mucho.
— yo más — sonreí, mordiéndome la uña —. Nos vemos — y así, terminé la llamada —. ¡Me dijo que me quiere! — corrí y me tiré arriba de Payton, quién se quejó al instante — ¡Lo amo demasiado! Que me haga mierda.
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𝗦𝗔𝗧𝗨𝗥𝗡𝗢 ❚ 𝖲𝗍𝖺𝗇𝗅𝖾𝗒 𝖴𝗋𝗂𝗌.
Horror𝗦 ❚ Todos los besos que me imagine, vuelven al lugar donde los ví crecer. En Saturno, viven los hijos que nunca tuvimos. En Plutón, aún se oyen gritos de amor. Y en la luna, gritan las olas tu voz y ...