❰ narra Maddyson ❱
Bill llevaba al niño detrás de él. En el transcurso del camino, Eddie no paraba de hablar.
— está bien ayudar al nuevo, pero ¿qué hay de nuestra seguridad? Está sangrando y ya saben que hay una epidemia de sida en este momento. El amigo de mi mamá en Nueva York se contagio por un barandal sucio en un subterráneo. Y se le metió sangre con sida por una cortada. ¡Una cortada! Y te pueden amputar las piernas y los brazos. Pero ¿cómo te amputas la cintura? Los callejones son famosos por tener agujas con sida. ¡Ya lo saben!
Dejamos las bicicletas a un lado.
— Richie, quédate aquí. Vas hacer un desastre ahí adentro. Vámonos — ordené.
Corrimos hasta la farmacia de la vuelta. Antes de entrar, paramos rápidamente e hicimos como si nada pasaba. Eddie rápidamente agarraba cada cosa médica que podía.
— ¿tenemos para pagar?
— solo hay esto — Stanley mostró los billetes y no superaban ni los 2 dólares.— ¿es una broma?
— usa la cuenta de tu mamá, Edds — hablé.
— si mi mamá se entera que compré todo esto para mí, pasaré el fin de semana en urgencias sacándome rayos X.
— solo decía — me fui a otro estante, más específicamente en una caja de condones —. ¿50 dólares unos condones? — Stanley se posicionó al lado mío y lo miré — Aunque si lo uso contigo no tengo problema en gastarme ese dinero.
— no eres graciosa — el rubio me agarró la mano y me alejó de ese sector, yendo de vuelta con nuestros amigos.
— ¿es verdad que te van a cortar el pene? — dije triste.
— ese rumor es absurdo — rodeó los ojos.
Cómo todos se quedaron callados, miramos al frente. Estaba Beverly Marsh para en frente de nosotros.
— ¿estás bien? — pregunté con desconfianza.
— estoy bien. ¿Qué te ocurrió? — habló la chica.
— no es asunto tuyo — dijo Stan, recibiendo un codazo mío.
— hay un niño que querían matarlo.
— necesita a-a-antiséptico, pero no tenemos dinero.La chica miró detrás nuestro y se dirigió al dueño de la farmacia. Sabía lo que iba hacer y no estaba bien. Coqueteó un rato con él y apropósito tiró los cigarrillos. Nos miró y esa era la señal.
— vámonos ya.
Los empujé a los tres para que salgamos de ahí. Eddie se tropezó con unos medicamentos, pero pudimos salir.
ESTÁS LEYENDO
𝗦𝗔𝗧𝗨𝗥𝗡𝗢 ❚ 𝖲𝗍𝖺𝗇𝗅𝖾𝗒 𝖴𝗋𝗂𝗌.
Horror𝗦 ❚ Todos los besos que me imagine, vuelven al lugar donde los ví crecer. En Saturno, viven los hijos que nunca tuvimos. En Plutón, aún se oyen gritos de amor. Y en la luna, gritan las olas tu voz y ...