Que te sobre imaginación...
Después de esa conmovedora plática, Remus y su amiga se la pasaron muy contentos y bien acompañados todos los días, el uno por el otro.
Pasar tanto tiempo juntos dió sus frutos. La chica comenzó a notar que a mediados de diciembre, Remus estaba algo distante y faltaba decir que distraído, pero sobretodo sensible. Parecía que todo le fastidiaba o le molestaba, por eso mismo, su amiga trató de evitar hablar demasiado, para no perturbarlo y se ahorro cualquier comentario o pregunta que pudiera alterar el ánimo del joven. Ella bien sabía que no era algo propio de Remus Lupin el hecho de andar bufando y quejándose de todo y con todos, ella sabía que algo no andaba bien, pero entendía que Remus le diría qué le pasaba cuando el momento se diera.
Apenas las vacaciones de invierno comenzaron, la chica estaba rebosante de entusiasmo porque Santiago llegaría en cualquier momento. Él no le había dicho exactamente qué día ni a qué hora, por eso mismo le pidió a sus padres quedarse en Hogwarts por las vacaciones, petición a la cual ellos accedieron felices de que los jóvenes se reencontraran.
Aún sin saber ni un estimado de la llegada de Santiago, nuestra protagonista estaba ansiosa por que llegara. No lo sabía con certeza, pero percibía a Santiago cerca, lo sentía tan cerca, como si él ya estuviera...
-¡Ey! ¡Pingüino! -Escuchó la voz de su amigo a la distancia y de inmediato levantó la vista, pero no lo encontró. De pronto, unos brazos la alzaron por la cintura y la regresaron al suelo, haciéndole soltar un grito. -Ya llegué.
-¡Santiago! -Lo abrazó por el cuello sin pensarlo y se aferró a él con alegría.- Te extrañé tanto. -Lo soltó un poco y le plantó un beso en la mejilla.- Escucha y escúchame bien: Jamás, NUNCA, me vuelvas a dejar sin saber de ti por tanto tiempo. -sostuvo su cara con ambas manos para que la viera fijamente.- ¡Me preocupo demasiado, saltamontes! -volvió a abrazar al chico.
-Sí, perdona por eso. No volverá a pasar, niña. -Le devolvió el abrazo y besó su mejilla. -Ahora, cuéntame ¿Cómo te ha ido aquí sin mí? -Deshizo el abrazo y comenzó a caminar junto a ella.
Ella sabía que Santiago se refería precisamente a los ineptos, pero en general, todo había estado bastante bien. Después de su divertidísimo encuentro junto a Remus, habían disminuido sus intentos de insulto considerablemente.
-Todo bien. Hice algunos amigos nuevos con los que estoy segura de que te llevarás bastante bien... -Antes de siquiera terminara de hablar, una lechuza llegó a entregarle una carta.
El ave se posó en una ventana por donde la chica y Santiago iban pasando, le ofreció la carta a la chica y de inmediato la aceptó. La reconoció de inmediato, era la lechuza de James. Remus la usaba para comunicarse con ella y poder platicar sin que ninguno tuviera que abandonar sus demás compromisos.
-Hablando del Rey de Roma... -tomó la carta y ni se molestó en abrirla, simplemente agradeció al ave y la envío de vuelta con las garras vacías.
-Pues, me alegra ver que te escribes con tus amigos. -Comentó Santiago con una sonrisa pícara, característica de él.- ¿Quiénes dijiste que eran? -habló sin querer darle importancia.
La chica seguía analizando la carta, aún sin abrirla. No quería que Santiago sintiera que le ponía más atención a sus nuevos amigos que a él; además, seguramente Remus solo le escribía para platicar sobre su reciente lectura, podía esperar, Santiago no.
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Después de todo, sigo amándolas, Luna. (RJLupin x lectora) BORRADOR
FanfictionMore esta más que triste por la partida de su amigo ¿Qué podrá animarla? Pues, obviamente los libros y ¿Remus John Lupin? Lo que empieza como una interacción meramente superficial en la biblioteca, evoluciona a una amistad y florece en un romance qu...