15 de diciembre.

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Aquel día, decidí, dejar de sonreir. Y aunque eso, mi cara iluminaba, mi corazón había dejado de latir.

Mis sueños se apagaron aquella solitaria tarde gris, cuando en la pantalla apareció "sí, ya te vas a ir".

Irme suponía olvidarme de mis sueños, y tal cual lo supones, sí, fue así, que metí mi vida en un par de maletas y retorné a donde, hoy, no soy feliz.

En mi alrededor las voces a diario, me recuerdan: "debes seguir", pero yo sigo extrañando aquel azul y blanco que hace mi corazón, latir.

- Ninfa.

Los Susurros de una Ninfa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora