Prólogo.

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En el bosque de mi mente, muchas noches observé, luces lindas y danzantes que brillaban por doquier.

Al sentir mis firmes pasos, en la oscuridad me encontré, pues dichas luces resplandecientes a mi, suelen temer.

Le temen a la penumbra en la que, a diario, se encuentra mi ser, pues no dejo que iluminen mi camino, ni mi saber.

Cada día me pregunto: "¿Por qué duele, por qué?" Y aunque no existan respuestas, cariño, yo siempre he sabido, no usted.

- Ninfa.

Los Susurros de una Ninfa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora