Francis decide entrar en la habitación donde reposaba el joven rubio, más que nada fue a verlo por consideración al saber que no tenía a ninguna persona que viniera a visitarlo. Lo ve en una camilla y le da un poco de lastima, pero solo agita la cabeza y lo olvida mientras se acerca al tal Daniel. Está con varias vendas en la cabeza y un par de parches en la cara, también parece tener un yeso en el brazo, pero no se ve tanto por las mantas que trae encima.
Lo observa unos momentos hasta que el rubio abre los ojos lentamente, aunque parecía ya despierto. - ¿Qué tanto ves? - bromea con una sonrisa juguetona. Francis se arrepiente de haber sentido lastima por el sujeto anteriormente.
Lo ignora rápidamente cambiando de tema. - ¿Cómo estás? - pregunta esperando poder irse pronto. Daniel se sorprende por la pregunta, encontrandola extraña.
- Estoy bien, no te preocupes. - responde recomponiendose. Gira la mirada a la ventana con algo de vergüenza. Francis roda los ojos.
- No era por preocupación - dice apáticamente, Daniel le devuelve la mirada indredulo. - Si ya estás bien, me retiro. Adiós - antes de que pudiera terminar de darse la vuelta, siente que lo toman del antebrazo con firmeza. - ¿Qué? - trata de zafarse.
- Ya lo sabrás, pero mi nombres es Daniel Anderson - le dice con una mirada intensa - ¿Cuál es tu nombre? Me gustaría agradecerte por ayudarme, nadie parecía querer acercarse al accidente - Bueno, su nombre efectivamente, ya lo sabía, pero a Francis le despertó la curiosidad escuchar "accidente", todavía no sabía que era lo que había pasado realmente, quizás podría aprovechar para saciar su curiosidad. Se detiene a pensar
- Francis Mosses - se presenta secamente, mientras logra quitar su brazo del agarre - No es necesario que me agradezcas, pero.. - se detiene un segundo para pensarlo bien. - ¿Podría saber qué fue lo que pasó? - pregunta con cautela, sin saber si era una pregunta adecuada, teniendo en cuenta la situación. Escucha una suave risa de parte del otro, que trata de silenciar rápidamente. - ¿De qué te ríes? - lo mira despectivamente.
- Perdón, perdón, no es nada - se tapa la boca con la mano carraspeando. - Me atropellaron, un tipo con lentes de sol. - responde la pregunta anterior, luce repentinamente alto enfadado. - Yo solo estaba cruzando la calle, que por cierto, estaba en verde, y viene este hombre loco a una velocidad que estoy seguro que es ilegal. Si lo ves, avísame - explica de forma exagerada, probablemente no debería reírse de ello, pero lo contaba de una forma tan tragicómica, que no pudo evitar soltar un par de risas algo crueles. Con dramatismo el rubio lo observa - ¡¿Cómo puedes reírte cuando te cuento esto?! - dice mientras finge llorar.
- Lo siento, es que.. - tiene que volver a callarse para no hacer notar tanto su risa. - Perdón, está bien, gracias por responder mi pregunta. - luego de eso no sabe exactamente que hacer. Se queda parado, ambos mirándose a los ojos.
- Oye.. - Daniel llama su atención, aunque ya la tenía. - ¿Te parece si cuando salga de aquí te lleve a comer? - le sonríe encantadoramente. Francis no sabe qué pensar.
- Sí.. está bien - acepta algo avergonzado. Carraspea tapándose la boca, algo ruborizado. - ¿Te parece si intercambiamos números? - propone bajito.
Daniel se alegra al escuchar su idea. - Por supuesto, te avisaré cuando me den de alta. - termina de decir.
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