Capitulo 55 Final| Alucinaciones

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La mano del Şhah Mirza acarició con cariño los cabellos sueltos de su madre, sus ojos se llenaron de lágrimas al ver cómo Ilknur yacía en aquella cama sin fuerzas ni vitalidad.

Aún en ese estado seguía siendo la mujer más hermosa que sus ojos habían visto, y no lo pensaba porque era su madre, todo el imperio lo sabía.

- Sus días están llegando a su fin - Se acercó Firuze apoyada de un bastón.

El Şhah la ayudo a sentarse junto a la cama de su madre.

- No hay nada que puedas hacer - Firuze le echo una mirada - Hemos vivido por mucho tiempo, ya es hora de partir.

El Şhah asintió resignado, pues agradecía haber podido ver a su madre por última vez, aunque fuera a escondidas.











«Ilknur parpadeó confundida, su mirada recorrió los alrededores sin saber dónde se encontraba.

La suave brisa choco contra su rostro, apoyo sus manos y se puso de pie con dificultad, dejando de sentir el suave pasto bajo su cuerpo.

- ¿Porqué lo hiciste? - Su cuerpo se congelo al escuchar su propia voz a sus espaldas.

La Valide se dió la vuelta, el aire abandono sus pulmones al igual que el color su piel.

Frente a Ilknur estaba ella misma, Pero en su tierna apariencia de ocho años. Su piel pálida, cabellos negros y rostro aniñado le hizo recordar todo lo que había pasado.

- Niamh - Se sintió tan extraño pronunciar su propio nombre como si fuera otra persona.

La niña frente a ella sonrió dulcemente con su rostro resplandeciente, aunque sus tiernos ojos bicolores reflejaban tristeza.

- ¿Valió la pena? - Ilknur la miró - La muerte de tus hijos y la sangré que mancha tus manos ¿Realmente fue necesaria?.

Los orbes de la mayor se cristalizaron al pensar en ello profundamente, sus rodillas chocaron contra la yerba.

- Solo hice lo que creía correcto - Levanto su mentón aún con sus ojos brillando en lágrimas.

La niña nego.

- Estás hablando desde tu ego, realmente te niegas a aceptar que arrebataste vidas inocentes - Se acerco - Respóndeme ¿Acaso Mihrimah y Raziye merecían morir bajo tu orden?

La boca de Ilknur se torció levemente, gesto que hacía de niña cuando su madre la regañaba y sentía ganas de llorar. Gesto que fue notado por ‹Ella›.

- Estaba enojada, quería que Hürrem y Mahidevran sintieran lo que era perder un hijo. - Las lágrimas surcaron su rostro - Ellas me atacaron primero.

La niña se arrodilló frente a Ilknur con una mirada de comprensión.

- Deseabas venganza - Le miró con sus ojos llenos de inocencia - Pero te lo preguntaré una vez más ¿Valió la pena?.

Ilknur soltó a llorar como una niña pequeña, sus manos cubrieron su propio rostro temiendo romperse más de lo que ya estaba.

- Lo valió - Dejo su rostro al descubierto - Todos aquellos que me lastimaron murieron, así que si, sí valió la pena, disfrute cada maldito segundo al ver cómo la vida escapaba de sus cuerpos.

Niamh se alejó mirando a la nada.

- No logro entenderte - Fue lo único que salió de sus labios.

La imagen de Niamh se disolvió dando paso a Giannina.

Ilknur parpadeó confundida, sintiendo su alma resquebrajarse nuevamente al ver sus propios ojos cuando aún era una joven risueña y llena de ilusiones.

- Debió ser doloroso, pues solo eras una niña que fue entregada a un hombre mayor - Su voz dulce hizo que un gimoteo escapara de los labios de Ilknur - Sentir como nadie comprendía tu dolor, tú pérdida.

Ilknur suspiro intentando apartar las lágrimas.

- Fue terriblemente doloroso, sentía como si su solo toque marchitara mi corazón - Fue sincera por primera vez - Lo odie con todas mis fuerzas.

Giannina se giró y la observó con una débil sonrisa.

- Puedo sentir tu angustia, después de todo somos una sola persona - Parpadeó como si aquello fuera gracioso - Por todos tus actos no podrás llegar al paraíso de Allah.

Ilknur lo entendió, Pero aún así una sonrisa se formó en sus labios.

- Dime algo ¿Hürrem y Mahidevran estaran en ese lugar? - Giannina asintió.

- Están en la fosa más profunda - Giró - Al igual que tú.

Ilknur soltó una risita, estaba totalmente desquiciada.

- Entonces disfrutaré arder por la eternidad.

La de cabello canoso se puso de pie mirando al horizonte, pues aquel hermoso prado parecía no tener fin. Pero rápidamente la imagen del hermoso y calmó prado se transformo en una negra bruma, la tierra bajo sus pies se miraba fresca, aunque todo a su alrededor parecía desolado hasta que notó una cabellera pelirroja ente el humo.

- Lo cumpliste - Hürrem camino a paso decidido.

Sus comisuras se elevaron en una sonrisa.

- Te lo había advertido - Elevó las cejas con amargura.

Una suave risa se escucho tras ellas, cuado giró se encontró con Mahidevran, su mirada altiva y sonrisa venenosa le hizo recordar las últimas palabras de la mujer.

- Supongo que es hora de pagar mis pecados - Ilknur elevó su mentón dándose la vuelta ignorando a ambas mujeres.

- Es una víbora.»

𝗦𝗨𝗟𝗧𝗔𝗡𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗛𝗜𝗘𝗥𝗥𝗢 | ᴇʟ sᴜʟᴛᴀɴ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora