Esas vacaciones de cumpleaños habían sido sin duda, las mejores de mi corta vida. Sunoo y yo disfrutamos cada momento juntos. Durante el día disfrutábamos de la playa, el hotel y la comida con nuestros padres. Por la noche, nos enredábamos entre las sábanas y follabamos ó si Sunoo estaba adolorido, nos frotábamos hasta corrernos. Amé cada segundo de mi vida. Era feliz.
En cuanto volví, llame a Nayeon y terminé con ella. No lo tomó bien por supuesto, pero no pudo importarme menos.
Faltaban algunos meses para irme a la universidad. Con mis excelentes notas, podía elegir cualquier escuela de Derecho. La verdad es que a mi padre y a mi no nos importaba a cual fuera.
Durante los meses restantes, me negué a pensar en mi futuro. Por primera vez disfruté mi vida, con Sunoo. Pasamos esos meses más unidos que nunca. Follábamos en cada rincón de la casa cuando nuestros padres no estaban. Holgazaneábamos y nos llenábamos de mimos. Como una pareja real.
Cuando Sunoo sacaba a colación el tema de mi carrera, yo lo evitaba. No quería pensar en ello. Solo quería disfrutar de amarlo. Yo lo amaba.
No sé cómo, ni cuándo pero Sunoo se convirtió en el amor de mi vida. Quería protegerlo, hacerlo sentir bien, amaba su sonrisa y cada jodida parte de él.
Mi vida era perfecta y no quería que nadie rompiera nuestra burbuja de felicidad. Ni siquiera yo mismo con mi estúpido dilema que aunque todavía me agobiaba, cuando Sunoo me tocaba se iba a la mierda.
Sunoo, Sunoo, Sunoo. Mi mundo era él. Me prohibí pensar en nuestros padres o en lo que estaba correcto o incorrecto.
Hasta que un día, la madre de Sunoo me pidió un tiempo para hablar a solas.
Sunoo aún no regresaba de sus prácticas de danza y yo estaba jugando en línea.
So-hee, la madre de Sunoo. Tocó mi puerta para decirme que necesitaba hablar conmigo. Fuimos hasta la cocina y nos sentamos en la barra.
—Hoon.— suspiró. Tenía esa expresión de estar buscando las palabras adecuadas para comenzar.
—Sabes que amo a Sunoo—comenzó finalmente. —Lo amo más que a nada en el mundo y lo único que quiero es que sea feliz. Sé que tú también lo amas, has estado con él y lo has apoyado en todo.
Hasta ese punto no sabía hacía donde estaba yendo So-hee. Permanecí en silencio esperando a que me dijera que Sunoo se había metido en algún problema.
—Sé que Sunoo es caprichoso. También sé que es mi culpa, pero es mi único hijo y lo desee tanto que cuando lo tuve no me importaba nada más que verlo sonreír. Le rompí el corazón cuando su padre y yo nos divorciamos. Había soportado años de infelicidad en mi matrimonio solo por ver a mi hijo feliz. Lo hubiera seguido haciendo pero finalmente su padre tomó la decisión.—So-hee tenía una expresión de verdadera preocupación y eso me hizo sentir demasiado ansioso.
—Cuando eso sucedió Sunoo no lo tomó bien. Fue gracias a ti que pudo estar mejor.
—Sunghoon... —So-hee tomo mis manos por encima de la mesa y las apretó. —Sé que tú y Sunoo están teniendo alguna clase de relación íntima.
Mi estómago se revolvió y podía sentir como un zumbido invadía mis oídos cuando procesé lo que acababa de decirme.
—Los escuché hace un par de semanas. —Dijo con una mirada de preocupación. Esta mujer tenía dos semanas con esto guardado.
—So-hee, yo...—bajé la mirada. Sentía vergüenza, una que jamás había sentido en mi vida.
—Sunghoon.—interrumpió.—Pensé demasiado las cosas. Pensé en hablar con Sunoo, pero tú y yo lo conocemos. Sunoo no va a dejarlo ir. Lo enseñe a aferrarse a lo que quería y sé que lo hará. Es por eso que estoy hablando esto contigo. —Una lágrima rodó por unas de sus mejillas y eso me hizo sentir más avergonzado.
—Amo a Sunoo, pero también a ti y a tu padre. —continuo. —Por supuesto que quiero que sean felices Sunoo y tú pero aún son jóvenes. No quiero que creas que esto me escandaliza, es normal. Crecieron juntos, pasaron por muchas cosas, se protegieron uno al otro.
—So-hee.—interrumpí. —Yo-yo trate de alejarlo, te juro que lo hice, pero yo...amo a Sunoo.
—Lo sé. No podría pensar en alguien más apropiado para él. Pero ahora mismo son demasiado jóvenes, no pueden enfrentar esta situación tan fácilmente. Hoonie, si ustedes se aman, encontrarán la forma y no habrá nadie que pueda evitarlo. Pero ahora lo que ustedes necesitan es vivir su vida, hacerse hombres. Sunoo no va a aceptarlo, así que tienes que ser tú.
—¿Qué puedo hacer? —pregunté sintiéndome miserable y estúpido.— Haré lo que sea. No quiero que mi padre se entere. ¿Él lo sabe?
—Tu padre no lo sabe y yo no sé lo diré. —respondió acariciándome el dorso de la mano. —Pero tú y yo sabemos que la única solución es poner tierra de por medio entre Sunoo y tú. Me siento tan egoísta haciendo esto. —sollozó.— Por favor Sunghoon, ve a la universidad de Namyangju.—Lo haré.—asenti automáticamente. —No quiero desilusionar a mi padre, ni a ti.
—No se trata de eso, Hoonie.—Sorbió su nariz negando.— Se trata de ustedes. Eres un buen hijo, tu padre te ama. Enamorarse no es malo. Nadie decide de quien enamorarse. Sé tal vez que Sunoo y tú me odiaran por esto. Pero estoy segura de que es lo mejor.
—No te odio, So-hee. Yo sabía que esto estaba mal, lo intenté.— Dije tallándome la cara.—No le diré nada de esto a Sunoo. Lo prometo. Mañana hablaré con mi padre pero por favor que Sunoo no sepa que me iré a Eunpyeong-gu por alguno de ustedes. Yo me haré cargo de todo.
—Hoonie. —Sollozó levantándose para abrazarme.—Gracias.
ESTÁS LEYENDO
Mi Hermosa Tentación || Sungsun
FanfictionEl amor de tu vida, vive en tu propia casa y es tu "hermano". ¿Hermano? Esas cosas no están bien. Sunghoon siempre ha hecho lo correcto. Es un buen estudiante, hijo y hermano. Hasta que se enamora de su hermanastro. Ese chico de piel bonita y labios...