ENTRE SOMBRAS Y SECRETOS.
Liliana salió del café, su mente en llamas. Los hermanos Willow la esperaban, y su corazón latía con fuerza. ¿Qué camino tomaría? ¿La pasión ardiente de dos mafiosos o la verdad oculta entre sus amigos? La cacería había comenzado, y Liliana estaba en el centro del huracán.
Los hermanos Willow la aguardaban en su lúgubre oficina, un espacio oscuro y lleno de secretos. Carlos, con su mirada implacable, y Ares, con su sonrisa traviesa, parecían dos caras de una misma moneda. Liliana se sentía como una marioneta en su juego, atrapada entre la atracción y el peligro.
"¿Por qué nos sigues, Liliana?" preguntó Carlos, su voz fría como el hielo.
"Porque quiero respuestas", respondió Liliana, su corazón latiendo desbocado. "¿Quiénes son ustedes realmente? ¿Por qué me eligieron?"
Ares se acercó a ella, su mirada intensa. "Porque eres especial, Liliana. Eres el enigma que queremos resolver. Y también eres la llave para nuestra redención."
Los hermanos Willow se miraron entre sí, como si compartieran un secreto. Liliana sintió que estaba en el centro de un huracán, y no sabía si debía huir o dejarse llevar por la tormenta.
"¿Qué quieren de mí?" preguntó, su voz temblorosa.
Carlos se acercó a ella, su aliento rozando su piel. "Queremos que elijas, Liliana. Entre nosotros dos. Un romance poliamoroso, una pasión ardiente. ¿Estás dispuesta a arriesgarlo todo por nosotros?"
Liliana miró a los hermanos Willow, sus ojos oscuros llenos de deseo y peligro. Sabía que no podía escapar. La cacería había comenzado, y ella era la presa.
Liliana tragó saliva, su mirada oscilando entre Carlos y Ares.
"No sé si puedo hacerlo", admitió, su voz apenas un susurro.
"No sé si puedo elegir entre ustedes dos."
Carlos sonrió, un gesto frío y calculador. "No tienes que elegir ahora, Liliana. Solo queremos que lo consideres."
Ares se acercó, su mano rozando la de Liliana. "Y no importa lo que decidas, siempre estarás a salvo con nosotros."
Liliana asintió, aunque no estaba segura de si podía confiar en ellos. Pero una cosa era cierta: no podía negar la atracción que sentía por los hermanos Willow. Y tal vez, solo tal vez, estaba dispuesta a arriesgarlo todo por ellos.
Pero antes de que pudiera decir algo más, la puerta de la oficina se abrió de golpe. Un hombre entró, su rostro oculto por la sombra. "Tenemos un problema", dijo, su voz tensa.
Los hermanos Willow se pusieron de pie, sus rostros endureciéndose. Liliana sintió un escalofrío recorrer su espalda. La cacería había comenzado, y ella estaba en el centro del huracán. Y no tenía idea de lo que vendría a continuación.
"Liliana se estremeció, aterrorizada por lo que podría ocurrir a continuación. El hombre que había entrado en la oficina se acercó lentamente a los hermanos Willow. 'Tenemos que irnos. Ahora', dijo con voz ronca, 'la policía ha llegado. Y no hay tiempo que perder'.
Carlos asintió, una expresión preocupada en su rostro.
"¿Cómo lo sabes?" preguntó Ares, su voz tensa. El hombre se acercó a una de las paredes de la oficina y tocó un panel. Una puerta secreta se abrió, revelando un pasadizo en la pared. 'Lo sé porque trabajo para la policía', dijo el hombre, mientras empezaba a caminar por el pasadizo. 'Y tengo que ayudarte a escapar'.
"¿Por qué querrías ayudarnos?", preguntó Ares, con suspicacia en la voz. "Puedes confiar en mí", respondió el hombre, sin detenerse. "Todo lo que quiero es ayudar a mantenerte a salvo". Liliana no sabía qué pensar.
Estaba confundida y atemorizada, pero al mismo tiempo sentía una extraña sensación de confianza en el hombre. ¿Estaba siendo engañada? ¿Podía confiar en este extraño? El hombre se volvió y miró a Liliana.
"Vamos", dijo. "No hay tiempo que perder". Liliana asintió, nerviosa, y comenzó a caminar detrás del hombre. Mientras avanzaba por el pasadizo, una docena de preguntas pasaban por su mente. ¿Cómo había llegado este hombre? ¿Por qué quería ayudarla?.
¿Era un amigo o un enemigo? Antes de que pudiera preguntárselo, el hombre se detuvo y miró a Liliana y a los hermanos Willow. "Vamos a tener que saltar", dijo. Liliana sintió un nudo en el estómago, pero asintió. El hombre la condujo a una pequeña escalera y empezó a bajarla. Las paredes de piedra del pasadizo se estrechaban, y la oscuridad era casi total.
Al final de la escalera, Liliana vio una pequeña puerta, apenas visible en la penumbra. El hombre abrió la puerta y Liliana vio que la puerta daba a una calle estrecha y oscura. La luz de la luna iluminaba los adoquines del suelo. El hombre la miró a los ojos. "Es hora de irse", dijo. "
¿Estás lista?". Liliana asintió, y juntos se dirigieron hacia la oscuridad. Los pasos de Liliana resonaban en las piedras, y el corazón le latía con fuerza en el pecho. El hombre le dio una palmada en la espalda. "Bien", dijo. "Por aquí, rápido". Liliana lo siguió y empezó a correr. No sabía adónde se dirigía, pero sabía que debía confiar en este hombre, aunque no sabía nada sobre él. Corrió con todas sus fuerzas, siguiendo al hombre por las calles estrechas y oscuras. Pasaron por bocacalles oscuros y siniestros, y Liliana empezó a sentir miedo. "¿A dónde nos dirigimos?", preguntó. El hombre le sonrió, pero no respondió.
"Todo estará bien", dijo. "Confía en mí". Liliana asintió, y siguió corriendo. De repente, se detuvieron en un callejón. Liliana tenía la respiración agitada y se sintió mareada. El hombre le puso una mano en el hombro. "Eres muy valiente", dijo. Liliana se quedó mirándolo fijamente. "No lo sé", dijo. "Pero creo que confiar en ti es lo mejor que puedo hacer en este momento".
El hombre la miró, y una sonrisa se dibujó en su rostro. "Eres más fuerte de lo que te imaginas", dijo. Liliana sonrió, y le dio una palmadita en el brazo. "Gracias", dijo. "¿Nos vamos?". El hombre asintió y empezaron a caminar de nuevo. "Solo queda un pequeño más", dijo el hombre. "Luego estaremos seguros". Al cabo de unos minutos, se detuvieron en una puerta.
El hombre le dio una mano a Liliana. "Esto es la salida", dijo. "Pero antes de abrir la puerta, quiero decirte algo". Liliana asintió, y el hombre se quedó en silencio por un momento. "No tienes que temer nada", dijo. "Estás protegida".
Liliana sintió cómo la tensión desaparecía de su cuerpo. "Gracias", dijo. El hombre asintió y abrió la puerta. "Bienvenida al mundo libre", dijo. Liliana sintió una oleada de alivio al ver la luz del sol y sentir el aire fresco en la cara. Por fin, se sentía libre.
Liliana bajó la mirada hacia su mano, y vio algo que no se había dado cuenta antes. Tenía un anillo en el dedo. Era un anillo de oro, con una piedra preciosa incrustada en él. No sabía cómo había llegado a su dedo, pero sabía que era algo importante. "¿De dónde ha salido este anillo?", preguntó. El hombre sonrió. "Eso no importa ahora", dijo. "El anillo te hará sentir más fuerte. No tienes que preocuparte por nada, solo confía en él". Liliana asintió, y notó una calidez en su corazón.
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¿ACASO ES POLIAMOR? EL PRECIO DE LA PASION.
Teen Fictiones una novela negra romántica sobre un romance poliamoroso y de mafias. La protagonista es Liliana, una joven de ascendencia india que trabaja como camarera en un restaurante indio. Liliana se ve atrapada entre dos hermanos mafiosos que se disputan...