GOKU

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Goku quiere sexo.

Y sexo con su esposa, no con alguien más.

Bueno, sí quiere sexo con alguien más, pero no quiere traicionar a su mujer.

Al ser un hombre que llegó de un lugar diferente, que al principio ni sabía de su existencia, no comprendía los cambios y las necesidades que su cuerpo requería una vez que se volvió un adulto. Después de darse aquel golpe en la cabeza cuando era un chiquillo y que su actitud de guerrero sádico y sediento de sangre desapareciera, varios factores que resaltaban a su distinguida raza también se encerraron en una cápsula. A parte de haber sido criado por un anciano muy querido y haber tenido los conocimientos en otras áreas y no en la sexual; es normal que Goku fuera... hasta cierto punto, ignorante sobre las cosas que lo rodean, lo que ha logrado que actúe de forma desinteresada o tonta. Por eso mismo, cuando volvió a ver a aquella chica, ya hecha una mujer, había hecho una promesa que antes pensó que se trataba de pura comida, pero luego cayó en cuenta que no era comida, si no, una promesa de matrimonio. Sin embargo, no le importó tanto, puesto que aún así tendría toda la comida que él quisiera y en compañía de alguien más.

Goku había creído que el matrimonio solo se refería a pasar tiempo con esa persona, traer el alimento a la casa, hacer los quehaceres, entrenar, bañarse, dormir; todo lo que hacía antes, pero con alguien más en el hogar. Asimismo, cuando Milk se desvistió en frente de él, pensó que se iban a bañar juntos como casi siempre solían hacer... nunca pensó que esa mujer se lanzaría sobre él a la cama, rodeándolo con sus piernas para que no tuviera escapatoria. Esa fue la primera vez que este hombre probó lo que tanto escuchaba de su maestro, donde pudo sentir varias sensaciones casi iguales a la de una pelea: placer, emoción, júbilo, felicidad, adrenalina, éxtasis, clímax, gozo. Milk le enseñó algo que no conocía y eso hizo clic en su cabeza. Aquel despertar sexual que tenía dormido, una característica muy importante de su raza saiyajin, volvió a nacer.

Sexo.

Sexo.

Sexo.

Y más sexo.

Era lo que pedía su cuerpo. A cada rato tenía una erección.

No le bastaba con reventar la vagina de su esposa hasta dejarla llena de esperma y esta rebozara aún en los empujones; aparte de que también tenía que contener su fuerza para no ocasionar un descuido en ese cuerpo tan delicado, no lograba sentirse satisfecho. Claro, Milk siempre terminaba fascinada por las revolcadas que se daban, le gustaba que su esposo siempre quisiera más y más sin importar la hora que estuvieran, a ella le encantaba tener a su hombre como una bestia en cada embiste. Se sentía la mujer más privilegiada, dichosa, deseada. Pero Goku...

Al hacer sus entrenamiento fuera de casa, su pene no paraba de molestarlo, a cada rato se levantaba como un campeón quien busca con anhelo el trofeo para tomarlo y llevarlo a la cúspide. Se las arreglaba con masturbaciones horribles, imaginaba a su mujer cabalgando sin control su duro falo, tragándoselo hasta lo más profundo de su garganta, acariciándolo con esas manos tan delicadas y rudas que ella posee.

Cuando veía a la gente pasar, solo pensaba tirarlos al suelo y cogérselos ahí mismo hasta el amanecer, pero sabe muy bien que es poco ético hacerlo, además que ni siquiera conocía a esas personas que caminaban tranquilamente por las calles. Pensó pedirle ayuda a Bulma, que por favor solucionara su pequeño problema de sexo insatisfecho, pero no quería incomodarla y romper aquella linda amistad que había forjado al pasar los años; también pensó en Krillin, Yamcha, Ten Shin Han, pero ellos tenían intereses por otras partes. Quiso tener una charla amena e informativa con el Maestro Roshi, pero fue la peor decisión que pudo tener en toda su vida.

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⏰ Última actualización: Apr 18 ⏰

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