Sasha es madre soltera de dos pequeñas niñas. Perdiendo a su esposa por una enfermedad sus amigos tratan de hacer que salga en citas de nuevo.
Incluso su difunta esposa.
×Omegaverse
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—Ptss.— Sasha volteo su mirada a su amiga, quien llevaba un par de bocadillos en una bandeja.— ¿Gustas un hot dog?
—Claro, gracias Maggie.
—No agradezcas, consuegra.
Marcy rió cuando vio como Sasha había escupido el gran pedazo de hoy dog que había metido a su boca.
—Lo siento...— Murmuró Sasha a la señora que estaba frente a ella.— Dios, Maggie.
—Hey, no tiene nada de malo.— Hablo, sentándose junto a ella.— He hablado con Mary sobre esto, sabe que lo primero es la escuela y después los novios. A veces es difícil tener una hija Omega siendo yo una alfa. Tiene cambios que a veces no entiendo.
—Ya... Pero yo no he podido hablar con Nath...
—¡¿Qué?!— Gritó, asustando a la gente que se encontraba a su alrededor.— ¡¿Estás diciendo que mi bebé está en peligro?!
—¡No! ¡¿Quieres guardar silencio?!— Gritó Sasha con frustración.— Se ha vuelto difícil hablar de ese tema, Nath nunca me ha tenido confianza en hablar de cosas íntimas. La última vez que hablamos de eso fue cuando su celo llegó y le tuve que explicar todo lo que iba a pasar...
—Uh, ¿Recuerdas lo que hacíamos en la preparatoria.
—Oh, cállate Maggie.
—Jaja, ya lo siento, pero debe de ser duro. Aún así espero que Nath no le haga nada a mi bebé... ¿Qué tal Yelena? ¿Has podido hablar con ella?
—Si con Nath es difícil, imagínate con mi princesa.
—Te entiendo, Waybright, te entiendo.
Marcy perdió el hilo de la conversación, no se sentía tan bien en ese momento pues simplemente pensaba en la acercania y la reacción que Sasha tenía con Anne.
Le causaba un cosquilleo en ella (si es que eso era posible), sentía que de alguna forma la vería profundamente... Pero no podía hacer nada al respecto, ella ya estaba muerta y sus pensamientos egoístas estaban impidiendo que Sasha fuera feliz.
—Si Anne es la respuesta, entonces no te entromentas.— Escuchó la voz de aquel ser siniestro y solo pudo sentir.
Si Sasha y Anne estaban destinadas, bueno, aceptaría cualquier cosa por ver a su esposa feliz. Al fin, Sasha merecia rehacer su vida nuevante y Anne era una persona de confianza.
Era la indicada.
—¡Hola chicas!— La mencionada había llegado al lugar y el rostro de Sasha enrojeció rápidamente, cosa que no paso desapercibido por Marcy y Maggie.
—Hey Boonchuy ¿Aceptaras mi soborno?
—Maggie, tu hija lleva buenas calificaciones. No tengo porque aceptar un soborno.