The last omen

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La alerta de una de sus cámaras exteriores detuvo su evaluación, al parecer algo cayó en uno de los pozos de la zona este, sin más tomó una pistola y se dirigió al lugar, atravesando su sistema de puertas a pasos lentos y cautelosos. Aún no podía observar el fondo, pero se escuchó un resoplido y unos pasos junto al sonido de la tierra deslizándose cerca de él, lo que le hizo detenerse de reflejo en guardia baja hacia el presunto.

-Le puedo asegurar que no estoy armado-Anuncio aparentemente un hombre firme, su tono era profundo hasta elegante a pesar del miedo.

-¿Estás infectado?- Le cuestiono aun sosteniendo el arma

-Por supuesto que no-Dijo con calma

-¿Estas solo?-Y al no obtener respuesta quitó el seguro de su arma , un momento después el hombre habló

-Éramos un grupo, pero la mayoría falleció de agotamiento, deshidratación y hambre. -Respondió con pesar

Sus respuestas fueron consistentes por lo que Anthony regresó el arma a su cintura, deslizó una escalera hacia la trampa y retrocedió en espera del hombre; por mientras se dispuso a observarlo, siendo su cabello rubio lo primero que llamó su atención, se diría que era un tono particularmente claro que tiraba al blanco, su rostro era sin duda angelical, podría compararse con los querubines que observó en el museo en alguna  ocasión.

Una vez fuera de la trampa el de cabello rubio, se irguió para estar a su altura, seguidamente sacudió la tierra de sus pantalones y reparó su presencia dirigiéndose a Anthony con una mirada analítica.

- Gracias ¿hay algo que pueda hacer por ti? ¿por esto?- dijo con una pequeña sonrisa

-Puedes olvidarlo- Respondió sin expresión alguna.

-Claro, necesito dirigirme a la zona segura más cercana ¿me indicarías? - preguntó con nerviosamente, moviendo sus manos frente a él e hizo un ligero puchero al final de su cuestión.

Antes de responder Anthony extrajo un dispositivo de análisis de su bolsillo, lo acercó al rubio y este entendió, quedándose quieto al sentir el piquete en la piel de su cuello, tomó distancia del sujeto mientras esperaba el resultado y al ver iluminarse la luz verde suspiró aliviado.

Estaba a punto de responder a su pregunta cuando fue interrumpido por un gruñido, observó al hombre frente a él con una ceja arqueada, entonces cayó en cuenta de que posiblemente habría estado deambulando todo este tiempo y no habría comido en días, eso hizo que se compadeciera de él.

-Hay una a 8 km al sur-Procedió a responderle sin tomar mucha importancia lo anterior

-Gracias, espero llegar antes del anochecer-dijo algo inseguro

-Eres libre de irte. -le recalcó sin más

El hombre dudó un momento, observando su alrededor, evaluando su panorama antes de regresar su mirada al pelirrojo.

-Espero no ser una molestia, pero quisiera saber si podrías darme algunas provisiones- pregunto vacilante

-Si te las doy podrías comentarlo a otros y estaría recibiendo visitas de vagos o algo peor- le refuto algo molesto.

-Te juro que no diré nada …mira estoy completamente hambriento y cansado, pero me conformaría con agua y un par de latas de lo que sea, sería tan amable señor …? - le aseguro algo desesperado.

-Solo dime Anthony

-Soy Aziraphale

El nombre le resonó extraño en su mente, lo observó un momento para luego asentir, le hizo una seña para que lo acompañe y el rubio se apresuró a seguirlo sonriendo dulcemente.

Dentro aun con cierta reticencia le brindó la comodidad de una ducha, un cambio de ropa que consistía en solo una camiseta negra y un pantalón cómodo, le dio aviso de eso y este le respondió con una ligera carcajada pidiendo cinco minutos más dentro.

-Hace mucho tiempo no usaba una ducha.-aseguro

En la cocina el pelirrojo se apresuró a preparar un simple filete con espárragos y lo acompañó con una porción de papas cocidas; cuando entro al comedor Aziraphale estaba de pie observando sus libros, alternando la vista con las plantas que florecían, por lo que se aventuró a acariciar una de sus hojas y sonrió.

El pelirrojo ante la escena lo observó con más calma, pudo detallar sus hombros anchos redondeados, sin duda poseía cierta fuerza, recorrió sus antebrazos expuestos por la camisa, la tela se tensaba en su abdomen, ante eso le invadió un repentino deseo de abrazarlo, sus mejillas enrojecieron ligeramente y decidió aclarar su garganta para anunciarse.

-Puedes sentarte – le invitó al rubio.

La cena transcurrió tranquilamente, Aziraphale le comentaba sobre el caos que vivió en el mundo exterior cuando estaba en situación de refugiado y aprovechando la atención, no perdió tiempo para elogiar la comida de su anfitrión, este sintió el calor acumularse en su rostro y agradecio apenado.

Aziraphale degusto cada bocado sonriendo dulcemente a su acompañante , el cual solo se conformo con asentir y tomar largos tragos de vino para tener de qué culpar al sonrojo que no abandonaba su rostro , en la tranquilidad del silencio pudo apreciar las pequeñas arrugas que se formaban alrededor de los ojos del rubio cuando le dedicaba otra de esas deslumbrantes sonrisas , el color de sus orbes se suavizaron mientras observaba su alrededor.

Le pareció absolutamente tierno.

-Esto ha sido magnifico - dijo con una sonrisa galante

-Si quieres hay más… - ofreció amablemente el pelirrojo

-No podría, quisiera, pero el camino con el estómago lleno podría ser difícil.

-Entiendo- respondió mientras se levantaba para recoger los platos y llevarlos al fregadero.

¿Qué esperaba?