Llama Gemela

Capítulo IX - Muéstrame tu oscuridad

¡Holi!

¡Holi!

¡Holi!

Sinceramente me picaba el dedo por publicar el capítulo así que en contra de mi juicio de no publicar hasta tener mínimo los dos siguientes capítulos aquí les dejo la actualización, el cap que le sigue ya está finalizado solo falta pulirlo y los otros tengo ya la idea de lo que deseo trasmitir solo falta escribirlo y anunció que serán los últimos.

Realmente espero que disfruten la lectura del capítulo tanto como yo lo hice al escribirlo.

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Para darle margen a la princesa de asimilar su propuesta la emperatriz había sugerido pasar a la merienda y las dos se encontraban disfrutando de una exquisita comida y un poco de vino —¿En serio vas a respetarme? — Cuestiona Kara aún incrédula de que todo lo que ha escuchado sea verdad —Por supuesto— Responde firme y segura la gobernante —¿Me darás autoridad frente a otros y mi lugar con tus esposas y concubinas? — Un gesto amargo se forja en el semblante de la noble a la mención de otras mujeres —¿Tienes muchas mujeres? — Por motivos inentendibles Lena sonríe a la expresión de la mujer de cabellos como el oro y de ojos azules brillantes más lindos que el cielo o el mar, es claro que a la princesa le molesta pensar en ella con alguien más y para la emperatriz eso es simplemente glorioso —Sí y no. Sí voy a respetarte y no tengo muchas mujeres, de hecho, tengo un total de cero— Es su contestación y otra mueca adorna el bello rostro de Kara —He estado con mujeres a lo largo de mi vida, sin embargo, han sido encuentros de una sola vez jamás he tenido prometida, esposa o concubinas reclamadas ser emperatriz de Haxāmanišiya no es todo diversión y gloria se requiere tiempo y dedicación para atender a los asuntos del imperio es una enorme responsabilidad sin olvidar las constantes guerras en las que nos vimos envueltos hemos estado en paz hasta hace algunos años por lo cual no había tiempo para relaciones estables y sinceramente tampoco me interesaba no hasta que te vi—

Lena se llena de felicidad al ver lo expresiva y transparente que es la princesa como sus ojos y gestos no pueden disimular su agrado, disgusto, asombro o confusión como por ejemplo la enorme sonrisa que forman sus labios cuando prueba un sabor nuevo que le ha encantado o por el contrario como su nariz se arruga en descontento cuando el platillo no le ha gustado, la molestia en sus ojos por lo de las otras mujeres rondándola y su desconcierto y al mismo tiempo alivio al saber que no hay tales damas —¿En verdad? —Vuelve a inquirir la princesa y la suprema gobernante toma un sorbo de vino para ocultar su sonrisa.

—Sí. Kara supongo que has escuchado los rumores que me anteceden de que he nacido con una bendición por parte de los Dioses— La rubia tímidamente asiente Es tan hermosa ¡Dioses quiero besarla!. Bien Lena cálmate y enfócate —Son ciertos. Tengo un miembro masculino en vez de lo que tú o las otras femeninas tienen. No obstante, soy una chica, mírame— La emperatriz se señala a ella misma —Es más que obvio que lo soy y al estar en el medio de estos dos géneros he podido observar la desigualdad que arraiga este simple hecho de nacimiento. Es por ello, que en mi imperio no hay harems hay burdeles y prostitutas lógicamente como en toda nación, pero esto es por decisión propia de cada mujer. Damas hermosas que han elegido esa vida por gusto o comodidad no lo sé y sinceramente tampoco es motivo para juzgarlas a lo mejor quieren lujos sin esfuerzos y usan su cuerpo para conseguirlo y está bien si es su elección y aquellas que no desean tener que servir obligatoriamente a otro ser solo porque este tenga un pene o sea de una posición superior son libres de poder elegir. O dime tú ¿Realmente crees qué las concubinas de Edge están con él por gusto? No, lo están por miedo. Él es el sultán puede asesinarlas o torturarlas si ellas se niegan y no habría nadie que lo detenga y estas mujeres se ven forzadas a aceptar una vida que no desean. Y eso es lo que en Haxāmanišiya quitamos. Nadie obliga a nadie estar con alguien que no quiere. No sé si lo ha notado Princesa aquí somos un imperio mucho más avanzado que cualquier otro me atrevería decir y no solo en sus costumbres y pensamientos si no en su desarrollo contamos con comodidades que las demás naciones ni siquiera sueñan—