Episodio 1

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Pov's Cande:

Sali de la ducha envuelta en una toalla y me dirijo a buscar ropa para cambiarme. Hoy iba a ir a la casa de Agus, mi novio.

Una vez seleccionadas las prendas que iba a usar estaba por comenzar a cambiarme, hasta que abrieron la puerta de mi pieza.

—Candela, ¿Tenés ropa para lavar? —pregunto mi madre entrando a mi pieza.

—¡Mamá toca la puerta! Me estoy cambiando —dije molesta.

—¿Tenés o no?

—No, no tengo —me paré al lado de la puerta— ¿Te podés ir así me cambio?

—A las siete te quiero acá. Van a venir los amigos de tu papá a comer —rode los ojos y cuando se fue cerré la puerta con fuerza.

Una vez cambiada me seque el pelo y lo planche un poco. Me puse un poco de rimel, rubor, labial y corrector para estar más presentable.

Mi teléfono sonó indicando que Agus ya había llegado. Bajé corriendo y salí sin saludar a nadie. Ellos cuando se iban no me saludaban, así que yo hago lo mismo.

—Hola amor —le dije a Agus para después dejar un beso en sus labios.

Arranco el auto y fuimos a su casa.

Llevamos casi un año juntos. Admito que nuestra relación no es la mejor, pero trato de hacer que funcione como al principio.

Una vez que llegamos a su casa me senté en el sillón.

—¿Cómo la pásate anoche? —Agus anoche salió con los amigos. Cómo todos los viernes.

—Bien —levanto los hombros restándole importancia— ya te dije que no me gusta que me llenes el celular de mensajes Candela.

—Perdón —dije agachando la cabeza— siempre me contestas, y me preocupé.

—Si no te contesto es porque estoy ocupado, ya lo sabes. No te pongas histérica y me mandes cincuenta mensajes.

—Bueno, perdón.

Agustin se sentó en el sillón y me sentó en sus piernas. Me dió un beso el cual no rechaze. Después de unos segundos los bajó a mi cuello y lo frené.

—No amor —siguió sin hacerme caso— dale, por favor no quiero.

—Dale Candela, nunca querés —suspiré y lo deje que siga— vení vamos a mi pieza.

Le hize caso y caminé mirando el piso.

La familia de Agus no estaba, según él volvían en una hora maso menos.

Por suerte me llevaba muy bien con ellos. Con el que menos trato tengo es Martin, el hermano, pero cuando iba siempre terminaba tomando mates con Virginia y Carmen. La madre y la abuela.

Me acostó sobre la cama y fue directamente a mi cuello, después bajo a mis pechos. Estaba siendo más bruto de lo normal, y me dolía.

—Despacio —le dije, pero no me dió bola— Amor me duele —me quejé— para, me estás haciando re mal —volví a repetir golpeando levemente su hombro.

Episodios | Agustin Lain.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora