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Estar en la casa de Euijoo en horario que no fuera laboral ponía nervioso a Nicholas. Y es que era raro. ¿Por qué su guardia de seguridad estaría ahí si ese día no trabajaba?

Diferente a los días donde tenía que cumplir con un horario específico —que al principio Euijoo no estaba cumpliendo—, Euijoo no tardó mucho en abrirle la puerta. Le sonrió ni bien sus miradas se encontraron, y eso incomodó todavía más al más bajo. ¿Qué le pasaba?

— Pasá —le dijo, haciéndose a un costado para dejarle lugar.

— No —se negó, estirando la bolsa en su dirección—. Dale que no tengo todo el día.

— Pensé haberte dejado claro que vos sí tenés todo el día para mí.

Euijoo le volvió a sonreír, ahora con esa arrogancia que le daban ganas de arrancarle todos los pelos de la cabeza. ¿Lo iban a seguir queriendo sus fans siendo un pelado? Nicholas lo dudaba un poco, los pelados le caían mal a la mayoría.

Al final, terminó por entrar.

No entendía todavía por qué lo hacía, ¿porque el ceo le había dicho que era mejor no hacer enojar al mimadito de la empresa? ¿o por algo más? Le daba un poco de cosa pensar en poner una respuesta a eso.

El living estaba tan perfectamente limpio y ordenado como la última vez en que estuvo ahí, cuando lo veía dar vueltas buscando las llaves de su auto —aunque en ese momento no lo sabía—, no había indicio alguno que le dijera que estaba acompañado así que supuso que la tintura era para él. Pero, ¿no se supone que era su empresa la que se encargaba de su pelo? Es decir, de teñirlo en cada comeback, ¿no lo hacían también en las giras?

Euijoo siguió caminando hacia el comedor del departamento, así que él lo siguió por atrás. En la mesa del comedor se encontraban guantes negros, seguramente de la talla del más alto, un potecito con un pincel sobre él y una capa negra.

— No me parece que te tiñas vos solo, mirá si te quedan atrás mechones del color que tenés ahora.

Dándole nada de pelota, Euijoo se puso los guantes y después se encaminó hacia él, sacándole la bolsa con la tintura.

— ¿En qué momento dije que me iba a teñir yo solo? —le dijo, volviéndose hacia la mesa. Ahí se encargó de preparar la tintura.

— ¿Te digo la posta? No creo que sea buena idea que te tiñas, ya debes tener mucho formol en la cabeza que no te hace pensar bien las cosas.

— Yixiang vas a ser vos el que se tiña el pelo, no yo —le dijo, ya bastante cansado con su parloteo.

Nicholas alzó las cejas, mirándolo. Después se rió sin gracia, cayendo en lo que le había dicho. ¿Él se iba a teñir?

— ¿Ves lo que te digo? Tanta tintura te hizo mierda las neuronas.

Recibió una mala mirada por parte del más alto, una que le haría reír en otra situación, pero ahora no le parecía como para reírse. ¿Por qué quería decidir sobre su pelo?

— Tenés el pelo horrible, Nicholas, así que vení a sentate acá y déjame teñirlo.

Bueno. Un poco tenía razón, el color ya se la había salido en partes y quedaban otros mechones rosas que se mezclaban con los rubios, se supone que tenía que ir a la peluquería de su amiga a arreglarselo, pero siempre terminaba estando con aquel chico que le miraba insistente en ese momento, así que no iba con ella. 

De mala gana, Nicholas se sentó en la silla, recibiendo unos golpecitos en los hombros.

— Voy a poner música —informó Euijoo, dando unos aplausos emocionados antes de ir en búsqueda de su celular.

MEAN. nichojoo auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora