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Después de mucha deliberación, James y Gustabo llegaron a una decisión: continuarían manteniendo su relación en secreto, al menos por el momento. A pesar de la suspensión y las conversaciones difíciles, el temor a las represalias y el juicio de sus colegas seguía siendo demasiado grande.

Decidieron actuar como si hubieran terminado, esperando que esta farsa los protegiera de miradas indiscretas y rumores malintencionados. Sin embargo, su amor por el otro no disminuyó en lo más mínimo.

Era lo mínimo que podían hacer ya que el Súper los estaría vigilando y Freddy también por orden del mayor con la bodycam.

Mientras tanto, James ideó un plan para mantener viva la chispa de su relación en secreto. Comenzó a dejar pequeñas notas y regalos cuidadosamente escondidos para Gustabo, cada uno más íntimo y expresivo que el anterior. Una flor en su escritorio, una carta en su casillero, un pequeño gesto que solo ellos dos podían entender.

Una mañana, Gustabo encontró una carta en su escritorio. La nota estaba cuidadosamente doblada, con la letra de James garabateada en el papel. Con manos temblorosas, abrió la carta y comenzó a leer:

"Mi querido Gustabo,

Aunque el mundo piense que nos hemos separado, mi corazón sigue latiendo por ti con cada latido. Cada día que paso sin poder llamarte mío es un día perdido, pero cada carta que te escribo es un rayo de esperanza en la oscuridad.

Quiero que sepas que no importa cuánto tiempo pasemos separados físicamente, nuestro amor trasciende las barreras del tiempo y el espacio. En cada palabra que escribo y en cada regalo que te dejo, te estoy recordando que eres mi luz en la oscuridad, mi roca en la tormenta.

Sé que este camino que hemos elegido no es fácil, pero mientras tengamos el uno al otro, podemos superar cualquier desafío que se interponga en nuestro camino. Mantén esta carta cerca de tu corazón, como un recordatorio de que siempre estaré contigo, incluso cuando el mundo piense lo contrario.

Con todo mi amor,

J.G."

Gustabo sintió un nudo en la garganta mientras leía las palabras de James. Cada carta era un bálsamo para su alma, una promesa de amor eterno en un mundo que parecía estar en su contra. Guardó la carta en su bolsillo, prometiéndose a sí mismo que nunca olvidaría el amor que compartían, incluso en medio de las sombras del secreto.

Decidió salir de su oficina, pero algo le llamo la atención, era un regalo envuelto en una papel rosa palo, junto con un moño rojo adornandolo, se acercó con cuidado y miró la dedicatoria del papelito.

"Se que ya no te has puesto tu camisa rosa porque ya estaba desgastada y ya no se veía el color, pero te traje otra, espero te guste.

P.D: Te vez hermoso con ese color, te queda muy bien

J.G."

Gustabo abrió la pequeña caja y saco la dichosa camisa solo que era de manga corta y que esa era justo a su talla, lo que hacía que sus brazos fornidos se marcarán muy bien y se notarán sus tatuajes de los brazos (cosa que Gordon lo hizo a propósito ya que le gustaba ver lis tatuajes de Gustabo) volteo al derecho la camisa y a un costado, arriba del corazón habian iniciales J&G.

Cosa que hizo sonrojar y reír al Inspector Jefe.

—Que hijo de puta... Cómo me gusta.

Se cambió y se puso la camisa, viéndose al espejo y poniéndose sus preciadas converse rosas a juego y sus gafas.

—Joder! Que sexy me veo...

Y salió de comisaría pasa empezar a patrullar con su mejor amigo Isidoro.

Rosa Palo! // Gortabo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora