Capítulo 8

731 35 1
                                    


¿Pero que había hecho? Esto podría arruinar de muchas maneras mi relación con Maximiliano. Si no es que ya estaba arruinado. Tomé mi celular de la mesa de noche y vi la hora. Diez de la mañana, Mariane me mataría, Teníamos el desayuno familiar, el cual solía ser incomodo, debido a la riña que tuvo mi padre con Michael. Después de eso, íbamos a elegir la decoración de su boda. Apenas y llegaría con la organizadora.

Tome un par de minutos para contemplar al maravilloso hombre que dormía junto a mí. Y sonreí al recordar la noche anterior.

Después de que la cena termino, la música inundo la sala. Maximiliano, tomaba mi cintura mientras bailábamos al ritmo de Michael buble. Y cuando una canción romántica inicio, planto un casto beso sobre mi boca. Era dulce y gentil. Podía perderme entre sus brazos de ser posible. Pero nuestro mágico momento, fue interrumpido por un David encolerizado. Su rostro estaba rojo. Había empujado lejos de mi a Max.

—¿Qué diablos te pasa?

Grite en dirección a David, el cual tenia su rostro rojo lleno de ira.

—¿Qué es lo que me pasa? ¿Que te pasa a ti? ¿no escribiste que esperarías por mi aun si fuesen diez años?

—Claro lo haría, si tan solo hubieses respondido cada maldito mensaje y llamada que hice.

Maximiliano se repuso dispuesto a devolver el golpe. Pero David fue más listo y como años atrás. Me tomo en sus hombros y huyo del lugar conmigo en brazos.

— David, detente, no tienes derecho. Suéltame.

Bajo mi cuerpo cuando llegamos al estacionamiento, indicando que entrara en su automóvil. Estaba loco si creía que estaba dispuesta a hacerlo.

— Por favor, Amber, necesito hablar contigo, sé que fui un idiota y lo arruiné. Pero no tolero la idea de que otro hombre este a tu lado.

—¿Crees que ha sido fácil para mí? ¿Sabes cuanto he sufrido desde que te fuiste a walla walla? Estar con Max ha sido lo único que me ha levantado el ánimo en meses, es un gran hombre.

—No lo creo, lo conoces muy poco.

De cierta forma tenía razón, no conocía todo acerca de Maximiliano, pero eso poco que sabía de él, me era suficiente como para confiar en él.

—Eso no importa, lo aprecio demasiado.

Y realizo la pregunta que me había negado a cuestionarme, en los pocos meses que tenía mi romance.

—¿Lo amas?

Me quede callada, porque el sabia la respuesta. Resignada, subí a su automóvil. Max salió agitado del recinto, viendo con molestia como me alejaba junto a David. Perdóname, Max. Pero tengo que cortar de raíz con David para quererte como lo mereces.

Al percatarme la dirección a la que nos dirigíamos me alarme, David me llevaba a su casa. No discutiría con el frente a sus padres. Seguro mi imagen daría una impresión toxica. Y la versión de mi persona que conocían se distorsionaría por una situación fuera de contexto.

—No tendré esa conversación en casa de tus padres. Llévame a mi departamento, por favor.

—No te preocupes, ellos están en el viñedo, se han asentado allí temporalmente.

Sin ninguna excusa válida para evitar llegar al destino y tener la conversación que revolvía mis entrañas, me arme de valor mental y estudie cada cosa que planeaba decirle. Pero. Aun no estaba segura de, dejarlo ir o seguir intentando un poco más. Porque no era fácil olvidar al único hombre que has amado.

Embriagame con tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora