Meses y meses pasaban, Dust y Reyna seguían viéndose cada tarde, cuando ella salía de clases, era obvio que su amiga sabía a quién iba a ver, pero no decía nada al respecto, solo callaba y “aceptaba” esa situación. Poco a poco Dust fue abriéndose a Reyna, mostrando esa faceta de dolor, arrepentimiento y sufrimiento, ella se volvió el lugar seguro de él, era quien podía volver a mostrar a aquel esqueleto vago, amante de los chistes malos y al ketchup y ella… ella podía ser todo lo extrovertida que quisiera y hablar todo lo que quisiera, pues él siempre la escucharía con gusto y jamás la juzgaría o la tacharía de pesada, simplemente juntos podían ser ellos mismos, sin ningún tipo de limitación y sin que nadie los juzgue. Quizás sus salidas no eran vistas por todos, pero era obvio que el amor estaba empezando a surgir entre ellos, era extraño, pues Dust jamás imaginó que podría volver a sentir aquello por alguien, no después de perder la cabeza y raro para Reyna, ya que no se imaginó nunca enamorarse de alguien que no fuera un humano, pero así sucedió, algo que sin ser planeado se había convertido en algo que desprende una calidez y un dulzor sin igual. Eran principios de junio, era a final de ese mes cuando Reyna se graduaría y luego iría a la universidad — ya queda menos… — Decía la chica abrazando sus rodillas y mirando al piso — no pareces muy emocionada, ¿sucede algo? — decía aquel esqueleto mientras colocaba un mechón del cabello de ella detrás de su oreja, viendo como ella parecía tener un sin fin de pensamientos en mente — t-tengo miedo… ¿Y si en las pruebas de acceso me va mal?, ¿y si no entro? No sé si estoy lista para empezar la universidad… — apoyo su cabeza en el hombro de su acompañante — Verás como te va bien, se te da bien y estoy seguro de que entrarás sin problema, eres una chica lista — oír esas palabras parecía ser un consuelo para aquella joven quien al ver a Dust vio que este le sonreía de manera tranquila y ella le correspondió esa sonrisa con otra, sin duda eran raros, pero ellos se entendían, una chica extrovertida con gran simpatía hacia personas de oficio ilegal o de dudosa cordura y un esqueleto capaz de mandarte al otro barrio en un segundo y carente de estabilidad mental, sin duda un dúo que se complementaban a la perfección.
Finalmente, llegó el momento, después de haber hecho aquellas pruebas para entrar a la universidad, llegó el día de graduarse, ese día no fue la gran cosa, al menos en visión de Reyna, ya que solo fue a recoger el título de graduada y poco más, pero iba feliz, feliz porque sabía que lo había logrado y pasó aquellas dichosas pruebas gracias a Dust, quien se dedicó a estudiar con ella pese a no tener obligación alguna y al preguntarle por qué lo hacía él simplemente decía “sé que para ti es importante, por eso quiero ayudarte” así que estaba feliz con eso. Al terminar ese pequeño evento escolar Reyna ya se marchaba pero Amanda la detuvo
— Reyna, ¿no vienes a cenar? Última cena con los de clase —
— ¿uh? No, lo siento, creo que iré a casa, estoy algo cansada, pero pásala bien, te lo mereces, te sacaste el bachillerato de ciencias de la salud y encima sacaste la nota más alta en las pruebas de acceso a la universidad, felicidades — dicho eso Reyna se dio la vuelta y se fue, pero no iba a su casa, sino que iba al lugar donde pasaba todas las tardes desde que lo conoció, no por el lugar sino por quien había conocido meses atrás.
Al ver a Dust no pudo evitar correr hacia él para abrazarlo, quería contarle que lo consiguió, que logró graduarse y paso aquella prueba y así hizo, al ver a aquel esqueleto no pudo evitar mostrar una gran sonrisa
— vaya, qué belleza ven mis ojos, ¿no? — dijo Dust con una sonrisa en su rostro
— no exageres, tampoco es para tanto, solo llevo un vestido largo, elegante y ya jaja ponte gafas —
— ¿te metiste por la montaña así? jaja estás demente Reyna, encima con tacones jajaj —
— más demente estas tú y aun así se te acepta jaja —
— Dime… ¿Lo conseguiste? — Dust vio como Reyna asentía y no pudo evitar cargarla y empezara dar vueltas con ella —— ¿Viste? Te dije que lo lograrías, que lograrías aprobar y graduarte — ella al ver esa acción tan repentina se quedó sorprendida, pero rápidamente empezó a reír a carcajadas. Una escena singular, pero a la vez sumamente hermosa, reflejando así el gran amor que se tenían, al cabo de un rato ambos se tumbaron en el suelo de waterfall, era, a fin de cuentas, su lugar.
— Oye Dust… —
— Dime —
— ¿crees que entre nosotros pueda pasar algo más? Ya sabes… no solo amigos… —
Ella lo miraba y él volvió su vista para mirarla y luego de eso se incorpora, quedando sentado en el suelo.
— eso decides tú, quizás yo no sea la mejor persona… sé que encontrarías a alguien que sí valga la pena y que a fin de cuentas no se gane la vida matando gente inocente… aparte mirarme, soy un monstruo… — acto seguido ella se incorpora y se queda sentada a su lado
— ¿y? ¿Algún problema con que seas un monstruo? Eso a mí me da igual y en cuanto a tu trabajo bueno… quizás no es un trabajo legal, pero el de mi padre tampoco lo es… lo que importa es que te ganas las cosas con esfuerzo… por favor, sigue contándome todas las cosas malas que has hecho y permíteme seguir amándote de todos modos… — ambos juntaron sus frentes dejando ver nuevamente el cariño que se tenían, pero no se imaginaban lo que pasaba fuera del subsuelo…
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Psycho love: Aquí empieza todo
Fanfic⚠️𝕌𝕟𝕕𝕖𝕣𝕥𝕒𝕝𝕖 𝔸𝕦: 𝕠𝕣𝕚𝕘𝕚𝕟𝕒𝕝⚠️ Locura, amor, traición, ese fue el inicio de esta historia. Hija de un esqueleto asesino carente de cordura y una joven de 20 años capaz de apartar del medio a su mejor amiga para tener lo que quisiera...