Kirell ha despertado de lo que parece haber de un viaje interminable, fragmentos en su cabeza de sucesos pasados resurgen, pero nuevas facetas de su vida iniciaran mas pronto de lo que ella pueda pensar. En busca de una nueva vida, una diferente...
El viento sopla de una manera monstruosa provocando que las gotas de lluvia caigan casi de manera horizontal por lo más alto de los edificios. Las calles, paredes y senderos quedan inundados y se llenan de reflejos tales como si fueran espejos. Los truenos retumbaban e iluminaban cielo nocturno opacado por las oscuras nubes.
Con un considerable dolor en el abdomen, y algún que otro problema disimulado al caminar debido a un severo dolor de cabeza que parece interminable; Argo, quien había escapado hace unas horas de lo que parecía ser su posible captura, ha conseguido nueva ropa de manera discreta para no llamar la atención de quienes le rodearan durante las horas anteriores.
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Caminando a duras penas por un frío sendero solitario de la ciudad, acercándose a su destino, empapado y entumecido; lleva una de sus manos directamente a su abdomen para verificar el estado de su herida.
Tras pasar por la fuerza a punta de forcejeos, finalmente ha llegado a su destino. Analiza su entorno, verificando que no hubiera señal de algún espectador calumniador indeseado. Los fuertes y mansos sonidos de la lluvia se vieron opacados cuando cerró y atrancó la puerta de su vivienda.
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Una vez resguardado y aparéntenme a salvo, con dificultad se acostó en su sofá y soltó un suspiro pesado, inspeccionando ahora con claridad el estado de su herida y confirmando que afortunadamente los puntos se habían mantenido en su lugar, y no hubo una lesión grave. Sin embargo, un nuevo dolor se hizo presente.
Argo: *gruñe* Parece que esta jaqueca no se desaparecerá dentro de un buen tiempo... al contrario parece que cada vez es mayor el dolor... ¿por qué!?
Argo se levantó del sofá y se quitó el abrigo ajeno empapado, luego con dificultad se dirigió hacia su escritorio, pero tras acercarse tuvo una nueva jaqueca, esta vez mucho más repentina que las anteriores, y con más intensidad, seguido de esto Argo sintió como su corazón daba un único latido mucho más fuerte que los demás, pese a que ya estaba con el pulso acelerado.
