Kirell ha despertado de lo que parece haber de un viaje interminable, fragmentos en su cabeza de sucesos pasados resurgen, pero nuevas facetas de su vida iniciaran mas pronto de lo que ella pueda pensar. En busca de una nueva vida, una diferente...
Se observaba a una chica de cabello albino, con un arma en su mano temblorosa, apuntando a quien se identificaba como Philio, el cual tenía una mirada sorprendentemente calmada y sincera ante lo que él mismo estaba diciendo en ese preciso momento. En la habitación de algún antiguo y abandonado hospital.
Philio: apúntame con el arma, jala el gatillo y decide quien quieres ser. Esta es la salida, Kirell.
- Kirell: (Me sentía aterrada, en mi interior tenía una lucha dolorosa que me remordía cada vez más la conciencia. Había una sensación dentro de mi tensamente familiar. Una emoción que quería olvidar a toda costa, y que ahora tenía que volver a vivir).
(Dentro de mi sentía que jalar el gatillo era lo más difícil, pero esa fue la decisión que tome. Debía hacerle frente a ese sufrimiento si quería seguir adelante. Esa era mi Tarea).
La chica se detuvo por unos segundos a pensar, sin que saliera ni una palabra de su boca, aun apuntando a su compañero frente a ella, mientras sus manos temblaban, y un silencio abrumador rodeaba el lugar.
- Kirell: (Varios pensamientos pasaron por mi mente en esos largos segundos, pero al recordar "esas" palabras me hizo pensar que, si lograba superar esta prueba, en el futuro... solo tal vez... Me podría llegar a sentir de alguna manera... más aliviada en mi interior).
La joven tomó una decisión.
- Kirell: (En ese momento no podía recordar cuales eran con exactitud esos sentimientos que anhelaba, sin embargo ese pequeño rayo de luz tampoco lo veía muy posible para mí. Pero esas palabras que pasaron por mi mente: remordimiento, aceptación, Redención).
(Me dieron... una leve sensación agradable, diferente a lo que había sentido con anterioridad en mucho tiempo. Sinceramente por más leves que fueran, se sentían muy bien).
Pese a ello, en su interior, se albergaban otros sentimientos, discretos, que allanaban en su corazón, que no resaltaban a plena vista, y que al buscarlos serian difíciles de hallar, pero evidentes a la hora de manifestarse.
Sin embargo, con tanto en la cabeza, la chica no se percató de estos, y con razón, porque ya era hora de actuar.
- Kirell: Lo siento tanto...
Con una mirada Rotunda y unos ojos que irradiaban Determinación apretó el gatillo. Pero cuando lo hizo, la sensación que desde antes sentía y que tanto deseaba olvidar retornó con muchísima más intensidad.
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El dolor de esta conmoción era tan fuerte que respiraba agitadamente, mientras con lágrimas desbordantes hablaba sollozando:
- Kirell: *solloza* Maldición, Odio esto... Esta sensación...es demasiado familiar
- Philio: Al fin... lo lograste...
El compañero de la chica, que se encontraba colapsando en el suelo a causa de la bala, mencionó estas últimas palabras hacia ella antes de desfallecer y desvanecerse ante la Asesina de cabello blanco.
Pero entonces, apenas su compañero parte de "este mundo", los extraños seres habitantes de esas indeseables tinieblas, parecidos a muertos vivientes que rodeaban el lugar, descienden sobre la chica, desmembrándola por completo, mientras ella indefensa no puede hacer nada frente a tantos de ellos, quedando inconsciente a causa del dolor.
...
Tiempo indefinido después, despertándose entre un montón de rocas extendiéndose hasta terreno indefinido, con un cielo nocturno iluminado por bellas estrellas, pero que se ven opacadas por unas lámparas volantes que adornan el lugar.
Pese a que escombros y niebla a ras del suelo no dejan ver el resto de los tal vez miles de cuerpos inertes y dispersados que descansan entre las rocas tanto a lo lejos como de cerca de la joven. Viéndose nada más que los brazos y manos de estos mismos alzadas, intentando alcanzar alguna de las hermosas lámparas volantes.
La joven obtuvo una vista tan traumática al igual que raramente poética, pero en eso un camino iluminaba lo que parecía ser un tipo de Salida conducida por un sendero ascendente que se iba haciendo cada vez más angosto, hasta hacerse del mismo ancho de una puerta.
Mientras caminaba hacia lo que parecía ser su parada Final de un viaje sorprendentemente sentimental, veía unas velas puestas de alguna forma junto muchas lapidas entre los meros restos de roca.
Poco a poco la luz de la "salida" se iba haciendo más deslumbrante hasta que la chica, con una leve y agradable sensación de paz, cruza más allá.
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