14. Una receta no puede salir mal.

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Sasha.

Distinto.

Distinto es la palabra que describe lo que me está pasando con ella, lo que estoy sintiendo por ella y lo que estamos teniendo.

Nunca antes había experimentado algo que se asemeje a lo que tenemos nosotras. Esa conexión que compartimos no lo había sentido con alguien más anteriormente.

Conectamos de una forma especial, que a veces las palabras sobran y simplemente actuamos sabiendo lo que quiere la otra, compartiendo instantes íntimos y significativos para las dos.

Más allá de llevar meses en esto de conocernos la conexión que tenemos la construimos en cuestión de minutos, es como si hubiéramos congeniado desde el principio y no tengo dudas de que así fue.

Esa primera cita nos condujo hacia un camino del que ahora recorremos juntas, que me llevó a tener estos sentimientos que son puros y fuertes, que me entrega todo lo que alguna vez me faltó.

Siento que lo estoy teniendo estos últimos meses es surrealista, irreal, un sueño.

No había llegado a pensar que podría compartir tanto con una persona, que encontraría a alguien con quien pasarla bien y que me transmitiría tanta confianza para ser yo misma y lo que más resalto de esto es que es recíproco.

Y por más de haber estado en relaciones anteriormente, lo mío con ella no se siente igual. Estar con Francesca no se siente igual, no hay parecidos entre lo que tengo con ella y mis antiguas relaciones.

En Francesca encuentro esa comprensión, esa libertad y esa comodidad que no había tenido con mi expareja.

Ella me demuestra sus sentimientos con palabras y hechos, que son tan verdaderos como los míos.

La abogada puede ser fría, calculadora, egocéntrica, entre otras cosas, pero conmigo es diferente. Ella me regaló su lado dulce y comprensivo, tierno, juguetón y encantador por más de que me guste cada una de sus facetas que pude conocer.

Quiero conocer cada mínima cosa de Francesca.

Y hoy tenemos una nueva cita después de dejar pasar algunas semanas desde la última, pero esta vez será diferente.

Preparé una pequeña carta para Francesca donde mencioné que hoy será su primera clase de cocina, añadiendo una receta que, si ella está dispuesta, cocinara esta noche. Dejando en claro cada ingrediente que lleva y describí el paso a paso de su elaboración.

Pero esta no será una simple clase de cocina, porque al final tiene una recompensa que estoy segura que será de su agrado y es un fin de semana en el campo.

Lo hago con el propósito de llevarla hacia un lugar donde si mente se despeje de lo que habitualmente la mantiene rodeada, que encuentre la tranquilidad que en esta ciudad no tiene.

Que recupere un poco de esa energía que su exmarido se encargó de quitarle, que no para de agobiarla y perseguirla por más de que Francesca le haya pedido que pare.

Y en parte lo puedo entender, no es fácil comprender que la mujer con la que te casaste te dejó, que aquella mujer con la que hiciste promesas y planes ya no pertenece a tu vida.

Que todo lo que iban a hacer juntos ya no lo podrán hacer y que su relación quedó como un recuerdo, en el pasado o en el olvido.

Es doloroso dejar ir a la mujer que amas y darte cuenta de la realidad, pero eso no justifica su comportamiento hacia Francesca.

Que no haya respetado su espacio, su tiempo y su decisión solo demuestra lo idiota e irrespetuoso que es con ella.

Sé por Francesca el comportamiento que su exmarido tuvo con ella en los años de relación. Él no supo valorar y cuidar a la que fue su esposa que terminó perdiéndola y ella no se merecía ese tipo de trato.

Tristeza de verano. | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora