¡Hay Diosito santo! Pensé cuándo vi en la puerta a Carlos y Leclerc mirándonos, en especial éste último que no me quitaba la mirada de encima mientras sonreía pero no era una sonrisa agradable, era de aquellas que evocan travesura y diversión, Suspiré y empecé a jugar con mis manos nerviosa, si le decían a Fred seguro me iba a correr
-— Viene mi parte favorita gritó Arthur y tomó a Oli de las manos para girar — no fue hasta que la música terminó cuándo ambos giraron a nuestra dirección, Oli se sonrojo y de seguro estaba pensando en donde esconderse de la vergüenza (ya éramos 2), y Arthur sólo puso las manos en su cintura mientras tenía un semblante normal ¿Cómo no sé estaba muriendo de la vergüenza?
— Si cierran la puerta porque se está saliendo el clima y así no me concentro para cantar dijo de lo más tranquilo — Oli a su lado tomó su bulto, mirando al piso y mencionó que iría por algo de comer para así salir sin mirar a nuestros acompañantes, Arthur al escuchar comida no dudo dos veces en seguirlo y así me quedé sola ¿era muy tarde para salir corriendo igual?
— Bue... — buenos días chicos ¿cómo están?, ¿tienen hambre? dije tratando de parecer normal y que olvidaramos lo ocurrido
— Pues yo si, nos vemos dijo Carlos con una sonrisa y se dio la vuelta — ¡hay no!, miré a Leclerc quién me observaba desde su altura con una sonrisa maliciosa, entró al salón sin quitarme la mirada de encima y se sentó en el mueble donde unos minutos antes estaba brincando cómo loca, no sé cuánto tiempo estuvo mirándome hasta que sentí mis mejillas enrojecer y me acomode las gafas para clavar la mirada al piso
— ¿Así que también cantas y bailas?, preguntó con tono burlón, abrí la boca para responder pero no sabía que decirle, sólo alcé la mirada cuándo escuché que se levantaba del sillón y caminaba hacia mí, retrocedí hasta que mí espalda chocó con la pared, al tenerlo tan cerca mí corazón empezó a latir tan fuerte sin contar que sentía mí cara cada vez más roja, tomó mi barbilla con su mano para que lo mirará y trague saliva nerviosa.
— Contéstame dijo con un tono que me hizo erizar la piel, — ¿Hay algo más que no sepa de ti chica torpe? — lo observé unos segundos más, me molesto que siguiera llamándome así, pero si eres torpe dijo mi conciencia que cómo siempre era tan inoportuna, fue tanta mi molestia que aún con su mano en mi barbilla le dije:
— ¡No sabes nada de mi! ¡Eso!, ahora besalo a cómo las películas , — Cállate chillé y él enarco más la ceja
— Tienes razón contestó y apretó un poco más su agarre — ¿por qué no me las cuentas chica torpe?, y cuándo quise decirle que no me llamara así de nuevo y me soltara su mirada bajo a mis labios haciendo que se me olvidara hasta mi nombre — yo había leído tantos libros algunos menos santos que otros la verdad, así que por mí mente se reprodujeron todas esas escenas de la protagonista a punto de ser besada por él príncipe azul o por otra parte ser besada por él villano que la tomaría hasta consumirla.
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I Wanna Be Yours| Charles Leclerc +18
Roman d'amourAlejandra Hamilton nutrióloga clínica y deportiva busca salir adelante para ayudar a su inspiración en la vida, su madre y más cuándo una terrible enfermedad se haga presente. Es por eso que toma de decisión de buscar trabajo fuera de su país sin im...