El sol de la mañana se filtraba por las ventanas del aula, bañando las filas de pupitres en una cálida luz dorada. Era un día común en la escuela secundaria de la ciudad, y TN se encontraba sentado en su escritorio, escuchando distraídamente la voz monótona del profesor mientras garabateaba en su cuaderno. La clase de arte solía ser una de las más tranquilas, lo que le daba a TN la oportunidad de dejar vagar su mente y sumergirse en sus propios pensamientos.
Sus ojos vagaban por el aula, deteniéndose ocasionalmente en los dibujos de sus compañeros de clase, pero su atención fue rápidamente capturada por una figura solitaria en la parte trasera del aula. Una chica de cabello rosado estaba inclinada sobre su mesa, concentrada en su trabajo. TN la observó en silencio durante un momento, fascinado por su aura tranquila y serena.
La chica se llamaba Hitori, una estudiante tímida y reservada que rara vez hablaba en clase. Era conocida por su cabello distintivo y su habilidad para mezclarse con el fondo, pasando desapercibida para la mayoría de sus compañeros. Pero para TN, algo en ella destacaba entre la multitud.
Intrigado, TN continuó observando a Hitori mientras ella trabajaba en su proyecto de arte. Sus movimientos eran delicados y precisos, sus manos hábiles mientras dibujaba líneas suaves y curvas elegantes en su papel. Parecía inmersa en su propio mundo, ajena a la atención que atraía.
Mientras TN la observaba, comenzó a notar los pequeños detalles que la hacían única. La forma en que sus labios se curvaban en una sonrisa leve cuando estaba concentrada, o cómo se mordía el labio inferior mientras contemplaba su trabajo con determinación. Había una gracia en su presencia, una tranquilidad que TN encontraba inexplicablemente reconfortante.
A medida que pasaba el tiempo, TN se dio cuenta de que estaba perdiendo interés en la clase de arte en sí misma, y en su lugar, sus ojos seguían volviendo a Hitori. Se preguntaba qué estaría pensando mientras trabajaba en su arte, qué mundos imaginarios podría estar creando en su mente.
Cuando finalmente sonó la campana que marcaba el final de la clase, TN se sorprendió al darse cuenta de cuánto tiempo había pasado observando a Hitori. Mientras el resto de los estudiantes se levantaban apresuradamente para salir del aula, él permaneció en su asiento por un momento más, contemplando a la chica de cabello rosado mientras recogía sus cosas y salía del aula con una expresión tranquila en el rostro.
A medida que el resto del día transcurría, TN no podía sacar de su mente la imagen de Hitori trabajando en su proyecto de arte. Se encontraba pensando en ella constantemente, preguntándose quién era realmente esa chica tranquila y reservada que parecía haber capturado su interés de una manera tan inesperada.
Al llegar la tarde, mientras se dirigía a su casa, TN no podía dejar de preguntarse si volvería a ver a Hitori en la escuela al día siguiente. Y aunque no sabía qué depararía el futuro, una cosa era segura: algo dentro de él había cambiado desde el momento en que sus ojos se posaron en la misteriosa chica de cabello rosado en el aula de arte.
La tarde se deslizaba lentamente hacia la noche mientras TN caminaba por las calles de su vecindario, perdido en sus pensamientos. El crepúsculo teñía el cielo de tonos cálidos y dorados, y el aire fresco de la primavera le acariciaba el rostro mientras caminaba. Aunque la belleza del atardecer a su alrededor era innegable, su mente seguía dando vueltas en torno a la misteriosa chica de cabello rosado que había capturado su atención en la clase de arte.
Mientras caminaba, se preguntaba qué clase de persona sería Hitori fuera del aula. ¿Tenía amigos cercanos o prefería pasar su tiempo en soledad? ¿Qué le apasionaba aparte del arte? TN se encontraba lleno de preguntas sobre la chica misteriosa que apenas conocía, pero que ya estaba dejando una marca indeleble en su mente.
Al llegar a su casa, se encontró con el acogedor ambiente familiar que siempre lo recibía al final de un largo día. El aroma tentador de la cena flotaba en el aire mientras su madre terminaba de preparar la comida en la cocina. Sus hermanos menores correteaban por la sala de estar, riendo y jugando como siempre.
TN se sentó a la mesa con su familia, pero su mente seguía divagando en torno a Hitori. Mientras servía un plato de comida en su plato, no pudo evitar preguntarse si ella estaría pensando en él también. ¿Se habría dado cuenta de su mirada furtiva durante la clase de arte? ¿Habría notado su interés recién despertado?
Después de la cena, TN se retiró a su habitación y se sentó frente a su escritorio, tratando de concentrarse en sus deberes escolares. Sin embargo, su mente seguía vagando hacia Hitori, incapaz de apartarla de sus pensamientos. Finalmente, sacó su teléfono y comenzó a buscar en las redes sociales en un intento de obtener más información sobre ella.
Después de unos minutos de búsqueda, finalmente encontró el perfil de Hitori en una red social. Su corazón latía con fuerza mientras hacía clic en su foto de perfil, ansioso por descubrir más sobre la misteriosa chica de cabello rosado. Desplazándose por su feed, encontró algunas publicaciones sobre arte y música, así como algunas fotos de paisajes y dibujos.
TN no podía evitar sentirse emocionado al descubrir esta ventana al mundo de Hitori. Cada publicación y foto parecía ofrecer una visión más profunda de quién era realmente ella. Se preguntaba si tendría la oportunidad de hablar con ella en persona y aprender más sobre sus intereses y pasiones.
A medida que la noche avanzaba, TN se encontró atrapado en una espiral de pensamientos sobre Hitori. Su mente seguía dando vueltas en torno a la chica de cabello rosado, preguntándose qué secretos y sueños ocultaba detrás de su expresión tranquila. Aunque apenas la conocía, sentía una extraña conexión con ella que no podía ignorar.
Finalmente, cuando el reloj marcaba la medianoche, TN decidió dejar de lado sus pensamientos y retirarse a dormir. Con la imagen de Hitori aún fresca en su mente, se sumergió en un sueño lleno de misterio y posibilidades, preguntándose qué aventuras les depararía el destino en los días venideros.
