El día del viaje

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En toda la noche no pude dormir, estaba muy emocionada por qué llegara el día del viaje, que era justo mañana en la mañana. Otra cosa que también influyó en mi problema de insomnio fue que tome café, cosas que pude haber evitado, ay como me encanta sufrir! (claro, esto es sarcasmo).
En toda la noche calculo que solo dormir como una 4 horas pero bueno, ya no podía hacer nada.

Me desperté muy temprano, ya que tenía que hacer mis maletas, que aunque sabía que hiba a ir al viaje no lo había echo, soy un total fracaso.
Así que en vez de quejarme de lo poco mucho desorganizada que soy, me puse a hacer mis maletas rápido.
Después de hacer las maletas tome un baño, cepille mis dientes, desayuné, y como ya tenía el cabello seco, lo peine, me vesti y como yo no me maquillo mucho, está vez lo hice, pero solo un poco, como de costumbre.

Ya estaba lista.
Siendo sincera, estaba un poco nerviosa.

Eran las 7:50, solo me faltaban unos 5 minutos para llegar a el aeropuerto.

A las 8 justo llegué, me baje del taxi en donde venía y también baje mis maletas.

Viajaría en el aeropuerto internacional de Carrasco, el principal aeropuerto internacional de Uruguay. Viajaría en el vuelo 571, para cubrir la ruta Montevideo, Uruguay - Santiago, Chile.

Estaba muy emocionada de poder viajar con mis amigos.
Por fin viajaría con todos ellos juntos.

A esa hora ya estaban los muchachos ahí.

El clima que había era perfecto, con solecito, pero con un viento un poco fresco.

Entre y antes de ir con los chicos y de subir al avión llame a mis padres con un teléfono que había por ahí.

Vi que los chicos estaban en un rinconcito agrupados, así que fui a dónde se encontraban.
Cuando llegue los saludé a todos, a algunos con un apretón de manos, con un choque de puños y a otros con un abrazo.

Se notaba la felicidad que teníamos todos.

Pasamos a dónde estaba el avión.
Antes habíamos dejado nuestras maletas para que las subieran.

Justo antes de subir al avión nos tomaron una foto en frente de está.

—Que pasa Numa? Te veo confundió -pregunte.

—Miro a mi alrededor y no conozco a casi nadie... Pero a la vez todo me resulta familiar.
Para algunos de ellos este es el primer viaje lejos de su hogar.

—Yo pensaba que conocía a muchas personas, pero ahora me doy cuenta que no.

Subimos al avión, no paso mucho tiempo y ya no estabamos tocando el piso.

Ya arriba del avión sacaron un par de fotos más.

Todos íbamos felices.
Algunos iban jugando, otros bromeando, platicando y haciendo un par más de cosas tontas.
Yo hiba sentada en mi lugar, igual que Numa y igual que algunos otros a los que nos daba un poco de miedo y si nos importaba nuestra vida.

Cada quien estaba en lo suyo.

Justo cuando yo me hiba a parar a boludear con los chicos, porque no quería ir de "aburrida" solo por un poco de miedo, se sintió una pequeña turbulencia, cosa que hizo que ya no me parara y siguiera en mi asiento, de "aburrida".

—Nos mordió un poquito el tiburón.

—Es verdad que se quiere chupar a cada uno que intenta pasar un por arriba?

—Si, es verdad.
Los vientos cálidos del campo argentinos chocan contra el viento frio de la montaña y generan un efecto de succión -explico.

—Na me estás jodiendo! -dijo Numa, con una risa que parece más de nervios y preocupación que de otra cosa.

—No te estoy jodiendo, por eso las turbulencias. Pero nosotros somos más pillos. Mira -le explicaron a Numa-
Esta es la cordillera -dijo mientras hacia un dibujo abstracto "representativo" de la cordillera, por qué cualquier que lo viera pensaría que lo dibujo un antepasado muy, MUY pasado- nosotros tenemos que ir de acá a acá -y le marco dos cruces el línea recta, una señalaba en lugar en donde estamos en este preciso momento, y otra es nuestro destino- la ruta no es en línea recta, imagínate! No se puede cruzar así como así la cordillera, es colosal! Por eso viajamos hacia el sur en busca de un paso más bajo, lo cruzamos y ya en chile miramos hacía el norte y en 10 minutos estamos aterrizando en Santiago.

Se sentían más turbulencias.

Ya en unos minutos íbamos a a aterrizar en Santiago.

Volteé a mirar a Numa, estaba mirando por la ventana.
Turcatti volteo a ver hacía adelante, ya que Carlos hizo un llamado diciendo tonterías en la bocina.
La cara de Numa era de preocupación, cosas que me dio un poco de miedo pero bueno, ya es un señor grande, JAJAJA!! Es mentira, se molestaría si le digo eso, y solo es 2 años mayor que yo, más grande que yo es, pero no por mucho, creo que mejor dejo que pensar tonterías.

Vi que a Numa y a la persona de su lado lo corrieron para unos asientos de adelante. No se cual fue la razon, pero bueno.

Yo hice caso a las indicaciones que dieron y como tenía un poco de miedo me coloque el cinturón. Justo después de ponermelo se sintió otra vez más unas turbulencias.

Las turbulencias ya no eran normales, eran mucho más fuertes...

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