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"Te esperaré"
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Camille
—¿Lista?—Ria sostiene el brazo de mi madre, mostrándole una sonrisa amigable para calmar el momento tan tenso
—S-Si—Balbucea mi madre nerviosa, mientras sostiene el ramo de flores rojas y blancas, sobre su pecho
—Todo estará bien, Tom te ama..—Le muestro ánimos a mi madre, abrazándola cálidamente
—Exacto, Jess, el verdaderamente te ama. Nunca lo dudes—Ria se suelta de su agarre y camina por el largo pasillo para llegar a la ceremonia
Mientras tanto, yo me coloco a su lado y envuelvo nuestros brazos, a la espera de la entrada de la novia hacia su boda.
—No se que haría sin ti, cariño....—Me murmura, dejando un beso sobre mi frente—Lamento, dejarte por un mes
—Madre. Lo comprendo, es tu luna de miel, disfruta y piensa solo en tu felicidad. Estare bien, Bill se ofreció a quedarse conmigo hasta que regreses, tranquila todo estara bien, desde ahora en adelante
Estaba por hablarme de nuevo pero la típica melodia que anuncia a las novias, comienza a resonar por el lugar.
—Aqui vamos....—Suelta un suspiro pesadamente y comenzamos a caminar con lentitud
Al estar frente a la iglesia, las puertas se abren y todos los invitados se levantan de su respectivo lugar y ponen toda su atención a la novia.
Mi madre se aferra a mi brazo, para después comenzar a caminar por el largo pasillo, mientras caminamos saludo con un gesto amigable a las personas que conozco hasta que diviso al castaño de piel pálida y ojos rojos. Enzo, levanta su mano y me saluda con una sonrisa coqueta
Sonrio inconsciente y alzo mi mano. Seguimos nuestro camino hasta llegar al altar.
—Luego me explicarás quien es ese muchachito, tan guapo—Mi madre me susurra antes de tomar la mano de Tom
Siento mi corazon latir rápidamente al sentir el suave tacto de sus brazos sobre mi cuerpo.
—No quisiera dejarte—Me murmura Tom, para después alejarse y darme una última miradita, antes de voltear y mirar al padre
Bajo del lugar y camino hacia Enzo, me coloco a su lado y siento una de sus manos sobre mi cintura pegándome a su pecho.
—Luces preciosa, Bella—Su última palabra logra ponerme los pelos de punta, ante su acento italiano. Sonrió de lado y miro a frente.
