Me deshice de los nudos entre tus dedos,
afirmando la innecesaria destreza para disolverlos,
me quedé ensimismada observando tu delicado tacto,
introduciendose,
con mimo,
entre mis huecos,
y descubrí los espacios olvidados de mi,
a través de tus trazos.
Soporte cerrando los ojos el derretir del hielo afilado que revestía mi piel aullentado el calor ajeno,
y descubrí,
sorprendida,
lo indoloro resultante de tu fuego,
de ti.
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Autolítica
PoesíaEncontré en el rencor la inspiración para versar a los demonios que no me dejaban de rondar. Ahora están aquí, conmigo, con vosotros, esperando escapar de los barrotes de tinta que os quiero enseñar. _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ...