La atmósfera del salón estaba cargada de tensión y humo de cigarro, mientras Petra avanzaba con determinación hacia su objetivo: el legendario Pancho Villa. Su presencia pasó desapercibida al principio, perdida entre la multitud de hombres que rodeaban al líder revolucionario, pero su determinación era palpable en cada paso que daba.
Finalmente, se plantó frente a Villa, esperando que sus palabras fueran reconocidas y respetadas. Pero la reacción del hombre ante su presencia fue decepcionante y repulsiva.
-Oh, pues si es una mujer-menospreció Villa, desestimando su presencia con un comentario despectivo que resonó en la sala.Las risas burlonas de los hombres llenaron el aire, exacerbando el desprecio hacia Petra y su valentía. Pero ella no se dejó intimidar, recogiendo su cabello con elegancia para presentarse con determinación. -Estoy aquí por usted, Señor Villa. Petra Herrera reportándose- declaró con firmeza, haciendo un saludo militar, desafiando el menosprecio con su mera presencia. La indiferencia de Villa ante su revelación no fue una sorpresa, pero la incredulidad y el temor en los rostros de los hombres que la rodeaban eran evidentes. Uno de ellos incluso negó la existencia de una Petra Herrera, despreciando su identidad con desdén. Pero Petra no retrocedió ante la negación. Se afirmó en su verdad, recordando con orgullo sus logros y sacrificios en la lucha revolucionaria.
-Ese hombre... no, esa mujer soy yo- proclamó con determinación, desafiando a cualquiera que intentara negar su legado.
La reacción de Villa fue visceral, su furia apenas contenida por el código de honor que aún lo ataba. Sin embargo, su gesto de desprecio al lanzar el pin metálico en forma de estrella, símbolo del reconocimiento en su grupo, fue el golpe final a la dignidad de Petra.
Pero ella se mantuvo firme, defendiendo su honor y el de sus compañeras de armas con valentía y dignidad.
-Eso no me quita mis méritos-afirmó con la cabeza en alto, desafiando a cualquiera que intentara menospreciar su contribución a la causa revolucionaria.
Con sus palabras resonando en el aire, Petra se retiró del salón, dejando a los hombres perplejos y sin palabras. La indignación de Villa era palpable, pero también era consciente de que no podía ignorar el legado de una mujer valiente y decidida como Petra Herrera.
En medio del silencio tenso que siguió a su partida, quedó claro que el valor y la determinación de Petra habían dejado una marca indeleble en la historia de la revolución, desafiando las convenciones de género y exigiendo el reconocimiento que merecían las mujeres que luchaban codo a codo con sus compañeros.

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Petra en la revolución
Fiction HistoriquePetra quería unirse a la revolución mexicana, había escuchado entre voces cómo querían derrocar al gobierno Maderista por los tratos que se le daba a la gente de bajo recursos como ella, su deseo de lucha y justicia eran lo suficientemente fuertes q...