Capitulo 2

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Suspiro, viendo su nuevo hogar a partir de ahora, un departamento algo pequeño, pero lo suficientemente grande para su madre y para el, cocina, sala, baño y dos habitaciones, tenia lo más básico, sin embargo, parece ser que los anteriores dueños eran unos animales, todo estaba sucio, había mucho polvo y había jurado ver una familia de ratas correr detrás del sucio sillón.

-Que maldito asco.-Murmura molesto, no le gustaba limpiar, y menos si el lugar es un maldito basurero.

-Agh...cielos, este será un día muy largo...-Dice su madre, entrando, para prender las luces y observar mejor todo, realmente le disgusta, pero, a partir de ese día, ese será su nuevo hogar en Canadá.-¿Porque no vas a ver tu habitación?- Le pregunta a su hijo con una pequeña sonrisa, intentando aligerar el ambiente.

El contrario solo rodo los ojos de mal humor, había sido un viaje largo, para que, al llegar a la casa, vea un tiradero, prefería en esos mismos instantes dormir bajo un puente. Y, al ir a la que seria su habitación, solo se quejo aun más, no había ni siquiera cama donde lanzarse después de días frustrantes.

-¡¿Mamá no encontraste un lugar peor?!-Le pregunta molestamente sarcástico, sintiendo un dolor agudo en su nuca, inhalo y exhalo, intentando contener su ira, desde el día uno, en el que cumplió los trece años, había tenido que calmar todo sentimiento "fuerte" sin importar que tan positivo o negativo sea, pues si no lo hacia, pasaría por feos dolores de cabeza como los de en ese mismo instante y, eventualmente ,quedaría inconciente.

-Hijo, sabes bien el porque compre esta casa.- Le dice, ligeramente molesta por los quejidos de su hijo, el cual bufo molesto.-Además, no esta nada mal, solo hay...que limpiar un poco, ¿comprendes?, todo es por tu bien.-Le dio unas palmaditas en la cabeza y se fue.

-(No bueno, pues muchas gracias)-Pensó, sarcástico, para salir de la habitación y del lugar, con la excusa de que quería conocer mejor al rededor, por lo que obviamente su madre le dejo, dándole una copia de las llaves para cuando regrese.

Suspiro y emprendió su camino a quien sabe donde, solo quería irse de ese lugar, por lo que tomo un bus, el cual lo llevo cerca de una escuela, la mayoría de quienes estaban ahí sentados, eran estudiantes, por lo que la mayoría se bajo, sin embargo, algo, o mejor dicho, alguien, le llamo la atención, un joven estudiante de facciones asiáticos, cabello negro y tez blanca, que resaltaba bastante por su ropa color rojo y sus ojos color avellana. Juraba que ya lo había visto antes, ¿pero en donde?, era un deja vu, y sin pensarlo mucho, se bajo de el bus, viendo como el chico caminaba donde tres chicas, quienes parecían ser amigas suyas.

Negó para si mismo, cruzándose de brazos para dar media vuelta e irse de ahí, no debia de estar acosando a un desconocido; por lo que mejor se fue a caminar por el lugar, viendo a su alrededor.

-(Debo de estar demente, ¿Cómo voy a conocer a alguien que vi apenas?, aunque...si me resulta demasiado familiar...¿de donde será?) -Frunció el ceño, pensativo, pronto topándose con una tienda, si, seria bueno entrar y comprarse un refrigerio.

Al entrar se encontró con el encargado de nombre Devon, por lo que leia en el gafete en la ropa del joven, unos años más grande que el, miro a otro lado para curiosear el lugar, buscando algo que comer o beber, había un poco de todo, por lo que tomo un refresco y unas papitas y fue a pagar.

-(Cielos..)- Miro a Devon, el cual evito su mirada, aun así, el podía notar lo cansado que estaba, sus ojos azules, iguales al cielo, tenían ojeras debajo.-(Parece realmente cansado...y que realmente odia su trabajo)-Piensa, tomando la bolsa con sus comida.

-Serian...cuatro dólares.- Le dice Devon entre pausas, viéndole a los ojos para después mirar a otro lado. Extrañado, pago, sin preguntar nada y salir de ahí.

-Gracias.-Agradece, para salir de la tienda, miro de reojo el nombre "Daisy Mart".-Si....tal vez regrese aquí otro día.-Dice para si mismo, yéndose del lugar.

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