El inicio.

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NARRA EL:

Sin duda al pasar el tiempo aún hablaba con esa chica. Exacto hablo de Victoria, todos los días hablaba con ella no había día que no lo hiciéramos hasta que por fin en el colegio la hablaba, de vez en cuando pero lo hacia y me sentía tan bien hacerlo, sentía que cada segundo que pasaba era una eternidad, por que me encantaba platicar con ella.

Un día se me ocurre la idea de irnos juntos después de la escuela, y si a veces ella salía antes y no me esperaba, me sentía algo mal por que habíamos quedado de irnos juntos pero cuando nos íbamos, hablábamos hasta por los codos como dicen aquí donde radicó, hablabamos en todo el camino, nos íbamos en el bus a nuestras casas y ahí era nuestro lugar favorito, solo por el simple hecho de que fuéramos platicando sobre nosotros.

Una tarde, platicando con ella por Facebook yo le pregunte:

-Como te gustan los besos?

-Eso no se pregunta

-En el momento menos esperado, daré un beso

-anale, ¿no te sonrojas?

-No, y tu?

-Algo. - responde.

Seguimos platicando toda la tarde, de otras cosas pero sin duda quería hacer algo, obviamente quería besarla, tenia que hacerlo, solo así me daría cuenta de mis sentimientos hacia ella tenía que sentir sus labios en los míos, debía estar seguro, si realmente quería estar con esa chica que me había hecho pensar en ella todos estos meses y finalmente paso.

Al día siguiente después de la escuela, como casi siempre nos íbamos juntos, tomamos el bus para ir a nuestras casas y platicaba con ella, cuando de repente recuerdo la platica de ayer y lo arriesgue todo, la bese...
No fue un beso apasionado pero ese beso me marco, fue corto, pequeño algo húmedo, pero hermoso, después de eso me sentía tan apenado, pero me sentía el mejor de todos por que me di cuenta que realmente quería a esta hermosa chica.

La verdad no se si le gusto o no pero lo cierto es que sentí una chispa entre los dos, algo encendió dentro de mi, y espero que ella haya sentido lo mismo...

NARRA ELLA:

Ya iba a cumplir 2 meses desde que lo conozco, ya me hablaba un poco mas en el colegio y a veces nos íbamos hasta juntos. El me pedía que lo esperara en la hora de la salida porque el solía salir tarde y hubo una ocasión que lo espere y cuando el salio me dijo que no se podía ir conmigo porque iba ver lo de su traje para un trabajo. A lo cual yo respondí que no había problema. El se fue y yo me fui. Y desde ese día no me gustaba esperarlo por miedo a que me hiciera lo mismo.

En el transcurso del día no había ningún solo momento en el que pensaba sobre si se cambiaría de colegio, era algo que me atormentaba, era obvio que lo quería.

Cuando llegue a mi casa me encontré con mi mejor amigo Julio, fue una sorpresa porque para ser sincera no me lo esperaba, el vivía en Cancun y cuando me vio me recibió con un cálido y fuerte abrazo.

-Que haces aquí

-Igual me alegro de verte

-Es que es raro

-Vine por un partido, hoy mismo me voy, ¿tienes algún plan?

-Si, enseñame a comprar por internet

-QUE

Cada vez mas era un día menos para el cumpleaños de Alejandro y le quería regalar algo único y especial, mi mejor amigo me castraba porque decía que ni a el le hacia esas cosas y era cierto, normalmente no era detallista y daba cualquier cosa, pero Alejandro me hacia cambiar.
Afortunadamente convencí a Julio a que me ayudara y ya que ninguno de los dos sabíamos, estuvimos investigando hasta que dio la hora de su partido y nos fuimos. Después de su partido me despedí de el porque regresaria a Cancun, lo extrañaría demasiado.

Un día, no recuerdo exactamente que día tuve una platica rara con Alejandro. Me dio a entender que quería robarme un beso o bueno eso entendí yo.

A la mañana siguiente, me levante temprano para ir al colegio, transcurrían rápido las horas, hasta que por fin era la hora de la salida.

Mientras salia del colegio, lo vi, parado platicando con sus amigos y efectivamente me estaba esperando. Me encantaba irme con el, platicar con el me gustaba mucho. Pero no tanto como me gustaba el.

Esperamos el bus y subimos en el y como siempre hablamos de todo, yo le preguntaba y el me respondía o viceversa. Ya pronto llegaría a mi destino, yo me preguntaba si me besaría o no, ¿quería que me besara, aun sin ser nada? La respuesta era si y mil veces si. Ya faltaba poco para que me bajara hasta que nos quedamos viendo fijamente, era el momento que tanto anhelaba el me beso, no fue un beso de lenguas, ni rápido, no había prisas, a pesar de que no duro mucho, lo disfrute. Yo fui la primera que volteo la cara, estaba apenada, pero no arrepentida. Con ese beso había confirmado que estaba enamorada de el.

Le pedí permiso para que pudiera pasar, me despedí de el, y le hice la parada al bus para irme a casa y pensar en ese beso, que tanto esperaba. Sin duda alguna hicimos un momento cualquiera, un momento perfecto.

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