capítulo 5

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Poseidón se quedó sin palabras, todo lo que podía hacer era mirar a su tridente en manos de su hermano con una mezcla de rabia y desilusión; no podía creer que su hermano se hubiera atrevido a hacer algo así con el tridente, como si fuera algo que cualquiera pudiera tomar y usar. Su hermano había desafiado su autoridad una vez más y lo había humillado frente a todos los dioses.

El desdén que mostraba Adamas fue la última gota para la rabia de Poseidón, esa actitud y la forma en que parecía despreciar a los dioses fue algo que no quedó impune, Poseidón tuvo que hacerle pagar a su hermano. Poseidón salió de la fiesta con paso resuelto y la cara oscura, en un momento así no era difícil adivinar lo que Poseidón iba a hacer...

Poseidón se fue directamente en busca de su hermano, con su tridente en mente, estaba listo para recuperar su arma y castigar a su hermano por su atrevimiento. Poseidón había buscado por todo el Olimpo, y finalmente encontró a Adamas en una de las salas más alejadas del Olimpo, estaba sentado de espaldas, con el tridente de Poseidón en las manos, estudiándolo como si fuera algo que acabara de encontrar. Poseidón se acercó despacio, tratando de mantener la calma para no mostrarse como estaba furioso, pero su rabia todavía estaba encendida y eso le impidió conservar su semblante de seriedad e indiferencia, de momento, el tridente en sí no representaba una amenaza para nadie, pero en manos de su hermano era una amenaza directa para su dominio...

Poseidón se plantó justo detrás de su hermano, no quería que Adamas se diera cuenta de inmediato del enojo que se sentía en él, y quería evitar que le diera tiempo de prepararse para una lucha, pero al mismo tiempo, necesitaba hacerle ver a Adamas quién estaba al mando... Poseidón se plantó detrás de Adamas, sus pies separados, sus manos a los lados, su cuerpo en espera de que Adamas reaccione de alguna manera. Se sentía el aire pesado y la rabia que se sentía en Poseidón se podía sentir a través del ambiente.

Al momento de estar detrás de él, Poseidón habló con un tono de voz grave, con un rizo de ira en su voz.
Poseidón: "Has perdido el respeto, ya no veo a un hermano, veo a un rebelde... si piensas que puedes desarmarme como si nada, estoy aquí para recordarte lo mucho que te equivocas..."

Adamas: "Yo en ti solo veo un niño mimado quejándose porque le quitaron su juguete"

Poseidón se estremeció con esas palabras, pero hizo lo más que pudo para controlar su rabia, eso era un insulto y un afronta a su autoridad frente a los dioses, pero su hermano no se sentía intimidado ni asustado, más bien seguía actuando con esa misma actitud indiferente.

El tridente vibraba de orgullo y arrogancia al ser examinado con tanto detalle, el tridente no queria regresar a las manos de Poseidón. Poseidón miró su tridente en las manos de Adamas, que lo examinaba como si fuera un objeto que había encontrado en la basura, esa vibración de orgullo y arrogancia del tridente hizo que su rabia creciera, Poseidón no podía permitir que su hermano lo humillara de esa forma, su tridente se resistía a volver a sus manos, como si fuera de alguien más. Poseidón no iba a permitir que algo que era suyo estuviera en manos de su hermano, su rabia y desconfianza eran ahora más evidentes en su voz e inclusive su cuerpo, no podía seguir con esa actitud de indiferencia, de serio y de calmado; ahora sus ojos centelleaban con furia, y sus manos apretadas hasta la palma en puños.

Poseidón no podía creer todo lo que estaba pasando, su tridente, su arma más característica, la que el mismo había utilizado para atacar a los gigantes en la Gigantomaquia, la que había usado para atacar a sus enemigos y acabar con varios dioses renegados.... ahora estaba en manos de su hermano, y peor todavía, poseía de él con tanto orgullo y arrogancia... ¿Cómo era posible que la arma que el consideraba como una parte fundamental de su poder ahora estuviera en manos de su hermano?

Poseidón no podía ver más, todo lo que veía ahora era su tridente en manos de su hermano, sus manos en puños y su expresión de furia; su rabia se había desatado y no podía mantenerla bajo control. A Poseidón no siempre se le había dado bien controlar su rabia, y ahora era una de esas situaciones en las que la desconfianza, la furia y la rabia se habían unido para volverlo un manojo de ira. Poseidón se abalanzó sobre Adamas como un toro, su furia le cegaba la razón... aunque ahora estaba enojado más de lo que estaba antes, todavía podía recordar una cosa, la razón por la cual había ido en busca de su hermano en primer lugar, el tridente.

Adamas lo esquivo sin dificultad, pues la amenaza de Poseidón bajaba al estar sin su arma y en un lugar en donde no había ninguna forma de agua. La rapidez de Adamas era impresionante, pero no era precisamente una sorpresa. El tridente en manos de Adamas aún era una amenaza, aunque era más una amenaza a la autoridad de Poseidón que a sí mismo. Poseidón no tenía tiempo para distracciones, en un momento como este era mejor darle la espalda al poder de su hermano y centrarse en recuperar su arma.

Por un segundo, Poseidón sintió la necesidad de atacar a su hermano, para acabar de una vez por toda con su actitud, pero ahora era más vital que nunca recuperar su tridente, de no hacerlo sería una deshonra para él, y la deshonra ante los ojos de su hermano era algo que Poseidón no podía permitir se registrara en su regustro. No había un momento que perder, si no recuperaba su triton ahora, las consecuencias podrían ser desastrosas no solo para su ego, si no para su posición dentro del Olimpo, con su autoridad ahora en entredicho ya no era el máximo representativo del poder entre los dioses... Poseidón no podía permitir eso, tuvo que centraste con calma su mente... el tridente... ese maldito tridente.

La rabia de Poseidón todavía ardía por todo su cuerpo, su respiración estaba agitada y su cara mostraba una expressions de enojo; sus manos apretadas en puños y sus dedos tensos, pero se daba cuenta que eso solo empeoraba el situation, era momento de recobrar la calma y concentrarse... para eso necesitaba el tridente y eso era lo que su mente debería concentrarse. Poseidón se enfocó, la rabia todavía ardía en su mente, pero su cuerpo estuvo en calma, sus manos dejaron de estar en puño y empezaron a aflojarse, su respiración se relajó y la expresión de ira desapareció de su rostro. Pero eso no hizo que su rabia desapareciera, más bien fue a parar a su interior, ahora su rabia ardía en su interior, pero su cara estaba en calma. No se podía distraer, no podía permitir que su rabia consumiera su atención totalmente.

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Jueves
04/ Abril/ 2024

1224 palabras

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⏰ Última actualización: Apr 22 ⏰

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Adamas, reencarnación de Claude y Anastacius Donde viven las historias. Descúbrelo ahora