¡Solo a Min Yoongi se le ocurre! No es más que un idiota que logra convencer a Jimin, su mejor amigo, de vestirse y actuar como su novia, todo con el fin de mostrarle que él es un chico maduro y genial.
¿Lo peor? Que funciona, pero eso lo lleva a re...
Ante el gesto disgustado de Jimin, Yoongi le tomó de los hombros, sacudiéndole para hacerle reaccionar. —¡Tengo que mostrarle que no soy solo un niño!
—No puedo ayudarte con eso —finalizó Jimin. Apartando el agarre en sus hombros.
—¡Sí que puedes! Tu cara es demasiado bonita para ser la de un hombre.
Y eso sí que le hizo enfadar, porque aquellos lejos de escucharse como un cumplido parecía más ser una burla. —No hay manera de que engañe a alguien, Yoongi. Y, aunque pudiera, no hay una puta forma de que me vista como chica y actúe como tu novia.
—Vamos. ¡Por favor, Minnie! —suplicó, poniéndose sobre sus rodillas y tomándole de las manos para dramatizar aún más— ¿De qué otra manera me vería como algo más que un solo niño?
Jimin boqueó sin que ninguna idea llegara a su mente, suspiró y negó lentamente.
—¡Además! No tendrías que hacer nada, solo vestirte bonito y caminar a mi lado.
—¿¡Vestirme un poco!? Min Yoongi, me estás pidiendo que me vista como chica, ¡eso ya es mucho! —vociferó— ¿¡Por qué no puedes hacerlo con una de tus fangirls del colegio? O tú sabes, ¡una chica real!
Yoongi, con su aspecto varonil pero ojos cristalinos respondió: —Jieun las ha visto en el colegio, no pueden ser ellas, Jiminie.
El labio de Yoongi se levantó en un puchero y Jimin suspiró hastiado.
—Además, no puedo soportar a ninguna de ellas... ¡Por favor, haré cualquier cosa que quieras!
—¿Lo que yo quiera? —inquirió dudoso, con los ojos entre cerrados. Yoongi asintió rápidamente—. Lo haré por tres deseos.
—¿Tres? ¿No son bastantes?
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...
—¡Le hablaré! —decidió Jungkook una vez reunió el valor necesario para poder acercarse.
Jimin estaba solo, con algunas bolsas cargando en sus manos. Jungkook saludó y él le sonrió de vuelta.
—Tú eres Jungkook, ¿cierto? —inquirió— El que responde mis tweets.
—Ese mismo —sonrió avergonzado—. Vi que estabas por acá, y casualmente ando con mis amigos, entonces quise saludarte.
Jungkook fue amable, compartió su número con Jimin y finalmente se alejó una vez Yoongi volvió con un pastel en sus manos.
