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«¿Por qué estoy tan... sorprendido?» inquirió Jimin a sus adentros, Yoongi le confesó haber besado a Jieun, por supuesto que ellos lo hicieron... Él probablemente debería de felicitarle, su mejor amigo por fin dio un gran paso.

—Ya era hora —es lo que sale de sus labios después de varios segundos en silencio. Su mirada se pasea por toda la habitación, evitando mirar a Yoongi. —Buen trabajo.

Aquellas palabras le pesan, se siente como una gran pesa sobre su pecho, que le aplasta y castiga por decir semejante mentira. Jimin suspira, debe tomar aire, porque por alguna extraña razón siente que cada vez le hace más falta.

Y Yoongi parece muy emocionado, tanto que lo escucha decir algunas cuantas tonterías. Jimin realmente no presta atención porque por su mente solo corre aquel recuerdo... Los delgados labios de Yoongi sobre los suyos... Luego sobre los de Jieun.

Sus labios se tocaron y movieron unos contra otros... «¿También usó su lengua con ella?»

La rasgada mirada de Jimin cae ligeramente sobre los labios de Yoongi mientras recuerda como aquella intrusa lengua siguió por lo largo de sus labios, el como le acarició la boca y como eso explotó un mar de emociones en su pecho. Aquella mano acariciándole la mejilla, tomándole del mentón para tomar el control del beso... E inevitablemente muerde su propio labio. Él quiere más de aquello.

—Y quiero decir, ella se veía tan linda cuand-

—Yoongi hyung... —le interrumpe—. Tengo mis deseos... ¿Puedo... Puedo usar uno de ellos ahora?

Él se muestra sorprendido por la abrupta interrupción a su habladuría, pero aquello resultaba secundario ante la sensación de tomar todo de aquellos labios, delgados y fríos.

—Claro, lo que quieras, hombre. Al fin de cuentas, te lo debo todo a ti.

Boquea ante la afirmación, no creía llegar tan lejos. Su corazón palpita desbocado en su pecho, resultandole difícil respirar. Su boca se abre para tomar aire, y finalmente dice: —Besame.

Su mejor amigo parece confundido, sus ojos se abren y luego su ceño se fruce, no lo culpa, pues en su posición él estaría en las mismas condiciones. Sin embargo, empieza a ponerse ansioso por la falta de respuesta de su parte. Mira sus propias manos, mira a los lado y finalmente le mira a él, y el gesto confundido se desvanece de apoco.

—Yo... No entiendo —expresa Yoongi con sinceridad—. ¿Por qué tú quieres que... Nos besemos?

Sus mejillas explotan en rojo, las siente quemar y su boca secarse, ¿qué era esa sensación tan inconforme que se enreda en su pecho?

—Uhm... —piensa bastante Jimin, su voz saliendo con timidez en un suave susurro—. Puede contar como cinco deseos, en lugar de uno o... O algo así.

Silencio.

Silencio que parece muy escandaloso. Irónico, sí. Silencio que se cuela por sus oídos como un recordatorio de la estupidez cometida, y no tiene justificación alguna para luego deshacerse del momento tan incomodo que acaba de crear.

—O... Mejor... Podemos solo olvidar que pregunté esto —concluye rápida y atropelladamente. Con sus labios temblando ligeramente y levantándose en un pequeño puchero avergonzado—. Sí, ¡hagamos eso! Hagamos que nada pasó.

Esperaba una queja, un golpe o cualquier otra opción que mostrara molestia por parte de su mejor amigo. Por eso, cuando una fuerte carcajada atrapó en sus oídos, levantó la mirada confundido.

Yoongi se reía con fuerza, sosteniendo su estomago mientras intentaba no explotar en risas.

—¡Dios! —exclamó una vez tuvo control de sus palabras—. Es muy gracioso verte así, todo nervioso. Nunca te había visto así, y eso que te conozco de toda la vida.

Limpia lagrimas que surgen de sus pequeños ojos debido a la risa.

—No sé porqué desperdiciarías tus deseos en algo tan tonto, pero... —se levantó y dirigió hasta él, empeorando su situación— Estoy bien con que sean cinco.

Jimin estaba sentado en la orilla de la cama, sus piernas caían hasta el suelo y Yoongi no dudó en apoyar su peso en una rodilla, rodilla que coló entre las piernas del rubio.

—E-Espera-

Formuló apenas, cuando se vio interrumpido.

Era eso lo que quería, bajo la tenue luz de la lampara de su habitación, finalmente ocurrió.

Yoongi le observa con una calma casi desconcertante, una leve sonrisa se levanta en sus labios. Sin titubear, se acerca unos cuantos centímetros, acortando la poca distancia que aún les separaba. Levanta suavemente el rostro de Jimin con dos dedos bajo su barbilla.

Y entonces, con una dulzura inesperada, se inclina y deja un suave beso en sus labios. Es un momento breve, delicado, pero suficiente para que Jimin sienta el calor que le envuelve. Él, que pidió aquello, cierra los ojos y se deja llevar, pero sus mejillas siguen ardiendo en vergüenza.

Al separarse, Yoongi sonríe de nuevo, como si aquello fuera lo más natural del mundo, mientras Jimin no sabe si sentirse aliviado o más avergonzado.

Y, con el beso aún fresco en sus labios, Yoongi toma la iniciativa. Le mira con una mezcla de curiosidad y diversión en los ojos. La calidez sigue vibrando en el aire, y, sin querer perder ese momento, susurra con una vez más grave: —¿Debería usar mi lengua?

El corazón de Jimin da un vuelco. Aún con las mejillas encendidas, se siente atrapado entre la verguenza y un deseo creciente que no puede negar. Su mirada titubeante se fija en los labios de su mejor amigo, y tras un segundo de de duda, asiente casi imperceptiblemente, susurrando apenas con un hilo de voz la afirmación.

—So-solo un poco...

Yoongi sonríe de nuevo, esta vez con un atisbo de picardía. Sin romper el contacto visual, vuelve a acercarse, más decidido, más lento. Cuando sus labios se encuentran otra vez, es diferente; hay una nueva intensidad, una exploración más profunda. Su lengua roza tímidamente los labios del otro, quien, aunque al principio duda, pronto se deja llevar, abriendo los suyos con una mezcla de nerviosismo y anticipación.

El beso se vuelve más íntimo, pero todavía suave, como si ambos estuvieran descubriendo algo nuevo y emocionante. Los dedos del chico avergonzado se aferran a la camisa de su amigo, buscando algún tipo de ancla en medio del torbellino de sensaciones que lo recorren. El calor de sus cuerpos se mezcla con el aire fresco de la noche, y por un momento, el mundo a su alrededor parece desvanecerse. Los labios se mueven con mayor fluidez, las lenguas se entrelazan en un delicado baile, aún cuidadosos pero cargados de una emoción innegable.

Al separarse esta vez, ambos están ligeramente sin aliento. El silencio cae entre ellos, pero es un silencio cómodo, lleno de entendimiento. Finalmente, Jimin sonríe tímidamente, sus ojos aún brillando de nervios, mientras el otro lo mira con una cercanía que no necesita más palabras.

—Uhm... Así que, bueno, gra-gracias. —Suelta exasperado—. ¡Vamos a dormir ahora!

—¿Tan pronto? —Inquiere confundido.

Sin embargo, ninguna respuesta llega, pues Jimin se apresura a apagar las luces y meterse entre las sabanas.


B̶o̶y̶ Girlfriend (Yoonmin AU +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora