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PARA NADIE ERA un secreto el "odio" que había entre walker y sophie. los padres de los chicos eran muy amigos desde jóvenes, por lo que ambos eran vecinos. eso los obligó a pasar la mayor parte de su vida junto al otro, y sophie juraba que ese era el castigo que dios le habia dado por dejar morir a esa pobre tortuguita cuando tenia 6 años.
todo se debía a que, cuando ambos eran apenas unos niños, sophie pensaba que walker tenía más que merecidos todos y cada uno de los insultos que ella solía decirle. él era un fastidioso. siempre le ponía apodos extraños, le jalaba las trenzas y le contaba historias de terror para asustarla.
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─ ¡walker! ¡dame mi teléfono! ─ gritó la pelirroja corriendo detrás del chico. él reía con fuerza, corriendo un poco más rápido, aún cuando sabía que ella no lo alcanzaría.
─ ¡ven por el! ─ dijo en el mismo tono para que pudise escucharlo. se detuvo a mitad de la calle y la observó con burla. la carcajada por parte del rubio no tardó en salir apenas vió lo agitada que estaba.
─ ¡grandísimo... idiota! ─ jadeo a la vez que llevaba las manos a sus rodillas, tratando de recuperar una pizca de aire.
necesitaba comenzar a ponerse en forma.
─ ¿¡quien es luke, sofia!? ─ la sonrisa que traía el ruludo no se la sacaba nadie. ─ espera un segundo... ¡lo tienes agendando con corazoncitos! eres una traviesa. ¿es el de la escuela, no?
sophie levantó la cabeza totalmente aterrada, sintiendo como el miedo invadía su cuerpito. el muy idiota de walker acababa de descubrir su más grande secreto, y todo porque le estaba mostrando un tiktok a leena, y él robó su celular.
walker seguía a tan solo unos metros con el teléfono de ella en la mano, gritando y burlándose, y la ojiverde se encontraba muerta de la vergüenza y con demasiada impotencia al no poder hacer nada. sabía que ya estaba todo perdido si walker abría su bocota.
