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─ ¿YA VISTE? ─ PREGUNTÓ melisa con emoción acercándose hasta su hermana ellie. ─ los hoffman tienen a su nieto dylan en la ciudad.
ellie apartó la mirada de su libro para observar a su hermana mayor con fastidio. ─ y eso me importa porque...
─ ¡no seas tonta, ellie! ─ su hermana la tomó de los hombros. ─ ¿acaso nunca viste a ese chico? recuerdo que era hermoso. ahora que han pasado los años, debe serlo muchísimo más. ─ susurró soltando un suspiro.
─ hermoso y millonario. ─ intervino emma, la mayor del cuarteto miller, muy sonriente a decir verdad.
─ ¿acaso eso es lo único que les interesa de él? ─ preguntó megan ofendida. la mas pequeña de las cuatro, ellie, rió levemente mientras regresaba a su lectura, con el ruido de sus hermanas discutiendo de fondo.
desde pequeñas su madre les había enseñado a emma, melisa, megan y ellie, que siempre debían buscar lo mejor para ellas, sin importar qué. lo más importante para que pudiesen salir de casa y tener una vida feliz, era casarse con alguien digno de su amor. aunque para ellie, la menor de las hermanas, aquello sonaba más como: "si es millonario, es el indicado". emma y melisa eran las que tenían un pensamiento más similar al de su madre. ambas pensaban que si se llegaban a casar, debía ser con alguien de buena presencia, posición económica y con una reputación impecable. megan, quien era la tercera hermana, tenía pensamientos un poco más alejados, si bien pensaba que era importante tener una buena posición económica, sentía que no era lo único importante, pues no tenía problema en casarse con alguien de una posición inferior, siempre y cuando existiera una conexión real.
por su lado, a ellie le daba totalmente igual la situación. primeramente porque no estaba en busca de una relación actualmente, además de que no consideraba relevante ni la posición económica ni el aspecto de su posible prometido, prefería estar casada con alguien a quien amase y la hiciera feliz, que con alguien que tuviese dinero pero la tratase como un mueble más de la casa. y tenía bien en claro sus pensamientos, puesto que había conocido a todos los pretendientes de sus hermanas, inclusive ella misma había tenido uno, y si, al principio fingían interés, preocupación y amor verdadero, pero luego mostraban su verdadera cara, y se daba cuenta de que no era más que una estúpida fachada.
las personas con dinero no se preocupaban por nadie que no fuese de la misma clase que ellos. fin.
─ ¡chicas, chicas, chicas! ─ todas fueron rápidamente hasta la sala, donde se encontraba ellie, junto a su madre, quien tenía una carta en la mano.
ellie salió de el sofá, colocándose junto a megan, quien le dio una leve sonrisa. una vez que todas se encontraban reunidas, la mujer empezó a leer el contenido de aquella carta. ─ los hoffman están haciendo una fiesta de bienvenida para su nieto, dylan, y estamos invitadas. ─ dijo con emoción.
