No podía dormir.
El feo dolor en su pecho, que había aparecido gracias a Medusa, le impedía siquiera cerrar los ojos.
Deseaba que Luke estuviera con ella.
Deseaba estar en el campamento viendo las estrellas en el bosque.
Deseaba estar con Thomas...
—Ivy... ¿estás despierta? —escuchó el susurro de Percy, quien estaba a su lado.
—Sip —susurró de vuelta mientras jugueteaba con su collar y sentía al ojiazul moverse para quedar frente a ella.
Hubo unos segundos de silencio.
—¿Eres cercana a tu padre?
Ivy se recostó de costado para mirar al chico: —Amm... sí, bastante. ¿Por qué preguntas?
—¿Cómo se siente?
Ivy sonrió con ternura: —Dime, ¿tu mamá te dice que te ama?
—Sí...
—¿Te sientes escuchado y contenido cuando estás con ella?
—Sí.
—¿La amas?
—Por supuesto.
—Así me siento yo con Apolo. Él no es como los otros dioses, es amable y se preocupa por los demás, no solo por sí mismo. Me reclamó el mismo día en el que entré al campamento (de una forma muy dramática, según él era para que todos supieran que me ama y que está orgulloso de ser mi padre) y nunca me ha ignorado.
—Pero... ¿no discuten?
—Claro que a veces discutimos, pero todas las relaciones tienen peleas. Incluso las más sanas y unidas. Lo que las hace sanas es el hecho de poder arreglar esos problemas hablando y escuchando al otro.
—Wow...
—¿Qué?
—¿Cómo es que eres tan inteligente?
Ivy soltó una risita que derritió a Percy: —Las cosas que te pasan en la vida siempre te dejan una enseñanza. Algo vas a aprender de ellas.
Se quedaron callados, mirándose a los ojos. Ambos pensando en lo hermoso que era el color del otro.
—¿Tú también tienes pesadillas? —preguntó Percy con un tono más bajo que antes gracias a la tranquilidad que había entre ellos.
—Claro que las tengo. Casi todas las noches, de hecho.
—¿Qué haces cuando las tienes?
—Bueno, cuando me despierto siempre voy al bosque para ver las estrellas. A veces llevo mi cuaderno de poesía y escribo. Otras veces solo me recuesto y miro el cielo.
—¿Te gustan las estrellas?
—Las adoro. Me quedo tanto tiempo admirándolas que amanece y no me doy cuenta.
—¿Te desvelas tanto? —Percy tenía un pequeño deje de preocupación en su voz.
Ivy le restó importancia con un gesto: —El café me salva.
Hubo unos segundos de silencio donde los dos sintieron una hermosa conexión entre ambos.
—¿Quieres...? —el rubio dudó. —¿Quieres ver las estrellas ahora?
Los ojos Autumn se iluminaron con un brillo que Percy juró que jamás dejaría que se apagara.
—¿Habas en serio?
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Golden | PJO series
Fanfiction"-Estoy segura de que Percy solo me eligió para musicalizar los viajes y las peleas épicas; para ponerle drama a las frases simples y para darle consejos de moda a Annie. -Ivy -llamó el chico -tú siempre estás haciendo eso."