Capítulo 2: Determinación Brillante

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La revelación cayó sobre Hikaru con la fuerza de un meteoro estelar. All Might, el Símbolo de la Paz inconmovible que había admirado desde la infancia, el héroe que encarnaba todos sus sueños de grandeza... ¿era su padre biológico?

Miles de emociones se arremolinaron en su interior mientras su mente batallaba por procesar una verdad tan inabarcable. Por años se había imaginado siguiendo los pasos de ese ídolo intachable, pero jamás imaginó que en realidad caminaba sobre sus mismas huellas de forma tan literal. "¿C-Cómo es posible?", balbuceó, sus ojos muy abiertos reflejando la conmoción que sacudía su núcleo. "All Might... ¿mi padre?"

Akane no pudo contener las lágrimas mientras asentía lentamente, tomando las temblorosas manos de su hijo entre las suyas con fuerza renovada. Una mirada de determinación inmensa se encendió en sus iris marrones. "Sé que es casi imposible de creer, mi rayo de sol", susurró con voz agónica pero firme. "Pero es la verdad que por tanto tiempo me negué a compartir contigo por tu propia seguridad..."

En un torrente de palabras entrelazadas con sollozos, Akane procedió a narrar los eventos que desataron este giro descomunal en sus vidas. Cómo durante una épica batalla en las calles contra un despiadado villano, quedó atrapada en la línea de fuego y All Might la rescató con gran heroísmo, aunque resultó gravemente herido en el proceso.

Invadida por la gratitud, ella se ofreció a cuidarlo mientras se recuperaba ocultando su verdadera identidad civil. Algo surgió entre ambos al descubrir que por debajo de esos músculos y esa sonrisa imperturbable, el Símbolo de la Paz era un hombre tan noble como vulnerable. Una chispa de amor estalló y ambos se entregaron al romance prohibido.

Tiempo después, Akane descubrió que estaba embarazada. En un inicio, All Might se mostró reacio a convertirse en padre por temor a exponer a una familia ante sus numerosos enemigos y la amenaza constante en su vida. Pero su grande e inmaculado corazón vio la oportunidad de dejar un legado más duradero que sus infinitas hazañas.

Con gran pesar, acordaron que Akane tendría al bebé en secreto y se mudarían constantemente de ciudad en ciudad, siempre cambiando de identidad, todo con tal de evitar que los villanos se enteraran de la existencia de este hijo del héroe más grande. All Might se mantendría al margen, observando desde las sombras mientras su primogénito crecía y desarrollaba su peculiar don.

"Ese bebé eras tú, Hikaru", las mejillas surcadas por lágrimas de Akane esbozaron una sonrisa dolida. "Mi todo en esta vida... y también la única luz de esperanza de tu padre ante un futuro que temía estaba llegando a su fin".

Los recuerdos de una infancia llena de mudanzas, ciudades nuevas cada año y el constante cambio de identidades azotaron la mente de Hikaru con nuevos significados. De pronto, todo el misterio en torno a su padre tenía sentido. "Entonces... All Might está al tanto de mi existencia", musitó con incredulidad. "¿Él sabe de mí?"

Akane asintió, limpiándose las lágrimas. "Desde luego que sí. Me ha seguido de cerca todo este tiempo y aunque nunca pudimos contactarlo directamente, él está al tanto de tu crecimiento, de tus logros y avances a medida que tu don relumbrante se desarrollaba. Vive con la esperanza de que su legado perdure mediante tu heroica determinación..."

Hikaru permaneció en silencio por varios minutos, procesando toda la información. Era demasiado para asimilar de golpe, pero poco a poco las piezas comenzaron a encajar en su mente. Su vida, sus sueños, todo adquiría un nuevo significado al descubrir que la sangre del más grande de los héroes corría por sus venas.

Finalmente, apretó los puños con una determinación que parecía brotar de lo más profundo de su ser. "Entonces no hay más dudas. Convertiré en mi misión cumplir las expectativas de mi padre. No, ¡las superaré a toda costa!"

Akane esbozó una leve sonrisa entre lágrimas al ver esta transformación en su hijo. Otrora un muchacho soñador común, ahora se había elevado a una verdadera entidad de heroísmo incandescente. "Entrenaré como nunca lo he hecho. Debo fortalecerme hasta mis últimos límites y aprender a dominar por completo este Quirk, Hikaru cerró su mano en un puño brillante. "Porque cuando logre convertirme en el héroe que mi padre anhela ver en mí... finalmente podré encontrarme cara a cara con el Símbolo de la Paz, ¡y demostrarle que su legado quedará en manos dignas!"

Esa misma noche marcó un punto de inflexión definitivo en la vida de Hikaru. Mientras su mente vibraba aún con las revelaciones de Akane, un plan comenzó a tomar forma. Un plan que lo llevaría a alcanzar cotas de grandeza jamás imaginadas.

De cara al enorme espejo de cuerpo completo en su modesta habitación, se despojó de la camiseta observando su juvenil figura. Su piel comenzó a brillar tenuemente al concentrar la energía solar de forma consciente. Sutiles oleadas de poder parecían danzar bajo su epidermis con cada respiración.

"Este poder..." murmuró con los dientes apretados mientras flexionaba sus bíceps, estudiando sus músculos aún en desarrollo. "Es la llave, el eslabón que me conecta al legado de mi padre. ¡Pero debe fortalecerse, empuñarse como un arma formidable! Sólo así estaré a la altura..."

Como un gruñido de batalla escapó de su garganta, dejando que su peculiar Quirk fluyera sin restricciones. Su cuerpo se tornó prácticamente incandescente, un chisporroteo de energía elevando su temperatura corporal. 

En ese estado de máxima potencia, Hikaru comenzó dando sus primeros pasos hacia la grandeza. Flexiones, sentadillas, algunos movimientos básicos de artes marciales... Todo lo ejecutaba canalizando la energía solar que ardía en su interior. Rayos de luz chispeaban con cada movimiento, quemando la piel en un esfuerzo trascendental.

Al día siguiente, lejos de flaquear, continuó sus rutinas, además agregando pequeñas carreras matutinas que lo tenían trabajando aún bajo la luz del amanecer. Y lejos de eso su madre Akane observaba con una mezcla de orgullo y preocupación cómo su hijo parecía haberse sumergido en un frenesí de autosuperación.

"Hikaru...", suspiró, esperando que el camino que había elegido no fuera demasiado arduo para un joven corazón. Pero Hikaru estaba decidido. Había encontrado su propósito, su misión, y nada lo haría desistir. Poco a poco, forjaría los inicios de su sueño de convertirse en un héroe a la altura del legado de All Might.




Hola a todos, se que deje de escribir por un bien tiempo, pero me surgió la idea de esta historia aun tengo mis dudas sobre ella, pero creo que tiene un buen potencial, les agradezco su apoyo y sus opiniones son bienvenidas

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