Dorian
La noche de Halloween, todo parecía un enredo de emociones y máscaras. Había estado siguiendo a Clyde, manteniendo una distancia, sólo para estar cerca de él, para intentar enmendar lo que había hecho mal. Mi corazón latía con una mezcla de nerviosismo y remordimiento por lo que estaba a punto de hacer.
Vi a Clyde sentado solo, aparentemente abrumado por la fiesta. Decidí acercarme, intentar conversar, intentar explicar lo inexplicable.
Me disfracé como Mike Myers, tratando de ocultar mi identidad para acercarme a él, aunque sabía que la verdad saldría a la luz eventualmente.
—¿Está ocupado? —pregunté, señalando a su lado. No podía evitar sentirme nervioso, con la incertidumbre de cómo reaccionaría.
Clyde me miró, aparentemente sin reconocerme, y me invitó a sentarme. Respiré profundamente, sintiendo que este momento sería decisivo.
—Gracias —respondí, tratando de controlar mis nervios.
Comenzamos a hablar, bailamos, y aunque disfruté de su compañía, sabía que el tiempo se agotaba. Le conté sobre mis sentimientos, sobre cómo había empezado como un juego y luego se había convertido en algo real. Me lamenté por el daño que le había causado, tratando de hacerle entender que lo que sentía era genuino.
Luego Sophie llegó y la verdad salió a la luz. Me enfrenté a la mirada furiosa y decepcionada de Clyde, enfrentando las consecuencias de mis acciones.
—No es lo mismo,dejame explicartelo —intenté explicar, luchando por defender lo que sentía. Pero era inútil, el daño ya estaba hecho.
Vi cómo Clyde se alejaba, sintiéndome completamente perdido. Había arruinado todo, y ahora tenía que enfrentar las consecuencias de mis errores. La sensación de pérdida me inundaba mientras observaba cómo se iba.
-Lo siento-murmuré en la oscuridad, sabiendo que las palabras no podían reparar lo que había roto.
Me quedé allí, en medio de la fiesta, solo y atormentado por la realidad de haber perdido a alguien a quien realmente amaba, todo por un estúpido reto que se había salido de control.
Intenté seguirlo, pero era tarde. Sophie lo había llevado lejos y mi oportunidad de explicarme se había esfumado. Las palabras se me atragantaban en la garganta, incapaz de encontrar una manera de arreglar lo que había hecho.
Al observar la oscuridad de la noche, me sumergí en un abismo de autodestrucción. ¿Cómo podía haber sido tan ciego? Había sacrificado lo que más me importaba por un estúpido reto, por no ser lo suficientemente valiente para enfrentar mis sentimientos.
La música y la risa de la fiesta parecían un eco lejano mientras me sumía en mis propios pensamientos. Las máscaras a mi alrededor se sentían como una metáfora de mi propia vida, escondiendo la verdad detrás de una fachada.
La noche continuaba, pero yo me sentía atrapado en un bucle de arrepentimiento y soledad. Intenté encontrar a Sophie, buscar alguna palabra de consuelo o comprensión, pero ella también había desaparecido entre la multitud.
Mi disfraz se sentía como una prisión, una representación visual de mi propio autoengaño. ¿Cómo podía haberme equivocado tanto? Las lágrimas amenazaban con salir, pero me contuve, avergonzado de mostrarme vulnerable frente a todos.
Finalmente, con un nudo en la garganta y un peso en el pecho, decidí marcharme. No había nada más que pudiera hacer esa noche. La fiesta, el bullicio y la risa se desvanecieron a medida que me alejaba, sumido en mi propio remordimiento y dolor.
El trayecto de regreso a casa fue un viaje solitario, un reflejo perfecto de mi estado emocional. No podía dejar de pensar en Clyde, en el daño que le había causado. Me preguntaba si alguna vez podría arreglar las cosas, si alguna vez podría ganarme su perdón.
La noche terminó, pero para mí, el peso de lo que había hecho permanecía, una carga que no podía sacudir fácilmente. En medio de la oscuridad, en lo más profundo de mi ser, sabía que mi verdadero reto estaba por venir: enfrentarme a mis errores y encontrar la manera de redimirme, incluso si eso significaba perder lo que más valoraba en este mundo.
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Reto o venganza [SAGA WALKER-JONES] [COMPLETA]
RomanceClyde vuelve a Londres por obligación de su padre, él no quiere volver, el miedo de volver a ver a gente de su pasado, el miedo de volver a ver a su madre y su hermana melliza, y sobre todo el miedo de volver a verlo a él. A ese chico que beso hace...