Capítulo 27

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Todo está sucio.

Todo está lleno de polvo, de gérmenes, es lo que su madre dice. Su madre dice que si no se lava las manos dos veces antes de comer, se enfermará, no podrá ir a la escuela en tres días, días perdidos que no volverá a recuperar por su propio error, el no lavar la superficie, y sus manos.

Mina por eso llegaba cargando un pañuelo siempre, antes de tocar cualquier superficie, le pasaba el pañuelo, al aceptar algo, si es que lo hacía, antes de verlo con asco y de tragar saliva nerviosa, examinándolo, pensando.

Todo está contaminado, lleno de gérmenes. Todo está sucio. El celular que usabas a diario estaba más sucio que tu inodoro, la mesa, en la que comías, la cocina en la que armabas tu comida, en su cuarto. Como todo está sucio, todo está desorganizado.

Cómo la ropa de su hermana pasaba de un verde bandera a rojo, sin armonía en el armario. Cómo su cuarto lleno de polvo, de suciedad, de impureza puede existir y que ella no sienta el más mísero asco de vivir en ese entorno, de respirar ahí, de pasar a diario en ese lugar, comer, hacer todo.

Cómo esa mancha que cayó después de dejar caer la mayonesa la hacía dejar su sándwich a un lado para proceder a limpiar la cocina por dos horas, porque, si eso cayó, ¿Qué más habrá caído? Mina apretó sus manos al ver a la profesora Son tirar la soda en la barrita de la sala de maestros, cerró sus ojos suspirando.

Todo. Está. Sucio.

Absolutamente todo.

Mina limpió su propia mano antes de estrecharla con el hombre, con el padre de su omega, y después hizo una reverencia, haciéndolo lucir sorprendido. Lo escuchó reír, palmeando su hombro. Mina sólo sonrió, dejando a segundo plano la idea de todo lo que tendrá la mano del hombre porque ya estaba dejándolo, poco a poco, por su propio bien.

Lo que llevaba no era una vida impecable, era una vida rutinaria llena de obsesiones que le hacían sentir ansiosa todo el día, como si no limpiaba la barrita dos veces o limpiaba la manija de su puerta cuatro veces antes de partir, iba a enfermar, iba a perder su día o le pasaría algo peor.

Mina sonrió con dientes, haciendo otra reverencia cuando vió a un omega llegar y sentarse al lado de YoungHo, haciéndolo sonreír, junto a Jeongyeon.

―Él es Ten Lee, prefiere que le llamen así, es el novio de mí papá, pensamos que sería una buena opción una cita doble para que los conozcas, amor ―¿Cómo le iba a negar a esa hermosa sonrisa, esa sonrisa que ya no faltaba en ningún día?

La sonrisa que antes parecía inexistente, que nunca recuperaría. La japonesa sonrió, asintiendo, acercándose a besarla, siendo correspondida al instante, ganando un sonido tierno de los dos hombres. Sí, la amaba.

Mina más que nada, amó cómo su omega estaba cómoda en ese entorno, tomando un té con su padre, hablando sobre cómo iba todo, y cómo ella, ahora era la que contaba todo. Más abierta, expresiva, Mina debajo de la mesa apretó su rodilla, acariciándola, ganando que la mano de Jeongyeon bajara para entrelazarla, ahora, acariciando el dorso de su mano.

El mundo que antes veía sucio, perverso, contaminado, no supo cómo, por qué, pero poco a poco, quizás dejaba de verlo así. Ahora la mancha de mayonesa que caía en la barrita era limpiada y pasada a segundo plano porque tenía cosas más importantes que hacer, como maratón de películas, o simplemente sentarse a hablar con Jeongyeonnie sobre su día.

Sonrió, viendo al hombre.

―¿Eres maestra de historia?

―Si, señor, maestra de historia en el colegio '*****' a catorce minutos de casa, mi tipo de sangre es O, mi mbti es ISFP y..

𝑾𝒉𝒆𝒏 𝑻𝒉𝒊𝒔 𝑹𝒂𝒊𝒏 𝑺𝒕𝒐𝒑𝒔 ʚїɞ {Jeongmi} G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora