#2

240 20 6
                                    

Los días se vuelven monótonos cuando se ven envueltos en la rutina, y para Tweek, hacer lo mismo cada día, aunque aburrido, al menos evita la ansiedad de su mente catastrófica. Y tras semanas de clases, se mantuvo distraído, soportar la presencia de su ex novio durante las primeras horas resultaba agotador mentalmente, pero no se quejó. Aunque quiere respuestas, conoce lo suficiente a Craig para saber que el tipo es como una tumba, no dirá ni una palabra, lo que en realidad lo convierte en un excelente confidente.

Tweek miraba distraídamente su lápiz, sosteniéndolo entre sus dedos índice y pulgar, mientras apoyaba el rostro contra su palma. Desde que salió del hospital, se nota distante, y eso no tiene nada que ver con que Craig lo haya desechado como basura. Su mente estaba en blanco, escuchando solo ruido blanco, hasta que su hombro fue agarrado y agitado, haciéndolo parpadear y mirar a Craig, quien hablaba, pero Tweek tardó unos segundos en reaccionar.

Observó esos lindos ojos verdes y de pronto el ruido blanco cesó. Miró en dirección a su profesora de matemáticas y notó todas las miradas clavadas en él.

-¿Se encuentra bien? -preguntó la mujer, sosteniendo una tiza entre sus dedos.

-Sí... ¡Sí! -reaccionó finalmente Tweek, levantándose, ya que parece ser que fue seleccionado para realizar una cuenta en el pizarrón.

Craig finalmente quitó su mano de encima, y Tweek solo miró al suelo mientras avanzaba entre los pupitres hasta su profesora. La mujer le entregó la tiza, y Tweek miró el pizarrón, sintiendo su rostro enrojecer mientras su respiración se agitaba. Era como si todos lo estuvieran juzgando, como ojos clavados en su espalda casi como puñaladas, un poco de pánico escénico.

Inhaló y cerró sus ojos, repitiéndose a sí mismo "nada de eso está pasando, nadie te está juzgando", tal y como Craig le había enseñado. Exhaló y abrió los ojos. Se acercó un poco más a la pizarra y resolvió la cuenta, al acabar le dio la tiza a la profesora y observó a sus compañeros, pero su mirada se fijó en Craig, quien desvió la mirada a un costado tan pronto se dieron cuenta de que lo miraban; eso calentó el corazón de Tweek, y avanzó entre los pupitres hasta alcanzar su lugar junto a Craig, quien lo ignoraba, lo que solo hizo que Tweek mirara amargamente a su libro abierto.

-Hay que prestar más atención en clases -dijo, mientras corregía y preguntaba a los demás alumnos qué errores encontraban.

La lección continuó, y cuando sonó la campana, Tweek observó a Craig agarrar sus cosas con rapidez. Sin embargo, el rubio sujetó su gabardina, y ambos se miraron a los ojos, como en aquella primera vez que se cruzaron con cariño. Tweek abrió los labios para hablar, pero Craig mostró una actitud hostil, arrebatando bruscamente la prenda de esas manos temblorosas. Tweek lo vio marcharse, y entonces volvió su atención a guardar sus propios útiles escolares.

Conforme Tweek abandonaba lentamente el salón de clases, como era su costumbre fue el ultimo en abandonar el sitio . Caminaba con los pies arrastrando, hundiéndose en un estado de ánimo sombrío y depresivo. Llegó hasta su casillero y allí se quedó, absorto en sus pensamientos. Observó con detenimiento aquellas cartas atadas con un listón azul que reposaban en su interior. Estuvo a punto de tomarlas, pero entonces escuchó la voz de su amigo Stan, por lo que simplemente cerró el casillero y se dirigió hacia él.

Los dos muchachos emprendieron juntos el camino habitual. Stan, tratando de entablar una conversación, preguntó:

—¿Cómo va la misión?—

—Fracasando— Respondió Tweek desanimado. 

—Qué mal— Stan observo el estado desanimado de su amigo. —Mira el lado bueno, no tienes que esconder nada de nadie.

That's not my Craig | Creek Donde viven las historias. Descúbrelo ahora