Abrí mis ojos lentamente, ya era de mañana, que fastidio.
Me lavé los dientes, me dí un baño y luego bajé a la cocina, ví a Samantha y decidí decirle que aún estaba interesada en Tom.
-Buenos días Sami, tengo algo que decirte-
-Hola Ems, si dime ,¿Algo malo?- dijo preocupada -Nono para nada, se trata de lo que hablamos ayer por la noche -
-Dilo-
-Yo no quiero mentirte per- - fuí interrumpida cuándo alguien tocó la puerta, Samanta corrió a la puerta ansiosa.
-¡Es Oliver!, ¿cómo me veo? - dijo Samantha apunto de abrir la puerta -Estás preciosa-. Samantha abrió la puerta y estaba ahí extrañamente Oliver.
-Hola Emma- me saludó Oliver, mientras yo miraba a Samantha confundida.
-Lo siento mucho Ems, tengo tantas cosas en la cabeza que me olvidé decirte que Oliver y yo nos daremos una 2da oportunidad - dijo mientras besaba a Oliver.
-Yo sabía que iban a volver, después de todo son la pareja perfecta, pero si nuevamente la haces daño considerate muerto- dije apuntando con mi dedo a Oliver.
-Por cierto, ¿Qué me ibas a decir? -
-Nada, ya me olvidé - no hay caso que le diga, ahora Samantha está nuevamente con Oliver.
Nos pusimos a ver una película de terror, pero estaba siendo algo incómodo, Samantha y Oliver se la pasaban besándose, yo solamente estaba de mal tercio.
Carraspeo y ellos me miran -¿Qué?- encojo mis hombros -Ya es hora que te consigas una pareja-
-No necesito a un hombre para ser feliz - dije molesta. -Hazle caso a Oliver Ems, necesitas a alguien, ¿Qué hay de Alex?-.
-No puede ser, Alex y yo somos amigos y ya, mejor los dejo solos tortolitos- me levanto y me dirijo a la puerta. - Ah y no se olviden utilizar un puto condón que aún no quiero ser tía-.
Apreto los botones del elevador y al salir del edificio me encuentro con Alex y una sonrisa se formó en mi rostro.
Me lanzo a sus brazos -Parece que me lees la mente, apareces cuándo te necesito.-
-¿Todo bien?- dijo preocupado mientras me abrazaba -
-Si no te preocupes, ¿Vamos a un parque?- el asentó con su cabeza y me abrió las puertas de su coche.
Al llegar al parque nos la estábamos pasando bien, comíamos, dábamos de comer a la palomas, Alex siempre me hacia sentir muy bien.
-¿Quieres un collar? - me preguntó cuándo vimos a una señora vendiendo joyas en una caseta -No gracias -
No me hizo caso y me arrastró a la caseta, -Ya te dije que no-
-Elije el que te guste- insistió y terminé escogiendo un collar de la luna y una estrella.
(Referencia)
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