[19:45 pm]
Al llegar de mi trabajo me dirigí a la habitación de Samantha para disculparme.
—¿Puedo entrar?— toco la puerta de su habitación. —pasa——Quiero pedir disculpas— me acerco a ella lentamente.
—No te preocupes, sólo me dolió que desconfiaras de mí—me mostró una sonrisa cálida y me abrazó
En ese momento se escucha sonar mi teléfono, lo busqué dentro de mi bolso y al sacarlo ví que era Gustav quién me llamaba...
(Llamada)
—¿Cómo estás Ems?—
—Hola rizitos de oro,todo va bien—
—Que bueno, quería invitarte a una cafetería—
—¿Uhh una cita?— le respondí en un tono coqueto, Gustav y yo siempre jugamos a coquetearnos.
—No te ilusiones, estarán los chicos, pero si deseas, otro día podemos estar a solas, ya sabes— respondió sarcásticamente. —¿Cuál es tú respuesta?—
—Déjame pensarlo—
—Tienes hasta mañana, descansa —
—Tú igual— cuelgo.
(Fin de llamada)
—
¿Quién era, Gustav?— asentí con la cabeza.
—Si, me invitó a una cafetería — ella alzó una ceja. —antes que pienses mal te digo que no es una cita, irán los otros chicos —
—Sólo digo que Gustav siempre busca una excusa para verte—
—Obviamente Gustav me vé cómo una amiga y ya.—
—O eso es lo que tú crees, respóndeme con sinceridad, ¿Alguna vez viste a Gustav con otros ojos?— dudo un poco al responder —Quizás...fue hace mucho tiempo — y no mentía, cuándo mi madre me abandonó el me apoyo y se fue ganando mi corazón pero luego entendí que no iba a funcionar.
—Quizá el amor de tú vida está frente a tí y no te das cuenta — le tiró una almohada —No digas cosas absurdas, entre Gustav no pasó ni pasará nada.
—No te molestes, mejor hablemos de otra cosa, dime, ¿tú irás a esa cafetería?—
—No sé— dije desinteresada y encogí los hombros — Será que no quieres ir por ese chico, ¿Cómo se llamaba?,mmm...¿Tom? — negué rápidamente —¡No!, Tom es parte de mi pasado —.
—Te conozco, estás mintiendo — me apuntó con su dedo —Bueno si, pero eso no quiere decir que me siga gustando, sólo será algo incómodo—.
—Entonces te acompañaré— le agarre de sus manos —¿Harías eso por mí?—
—¡SÍ!, para eso son las amigas— la abrazé —Gracias, te adoro— le dejé un beso en la mejilla y me dirigí a la puerta —Hasta mañana, descansa.—
[11:45 am]—¡Despierta!— sentí cómo alguien me jaloneaba —¡¿QUÉ?!, sabes que no me gusta que me despierten y todavía un maldito Sábado—