Capítulo 19 | Más que sangre.

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Si tomaba un avión para ir a Wyland, Izan se hubiera molestado por haber dejado tirado el caso que estábamos investigando, pero la preocupación por saber qué sucedería cuando él enfrentara a Jasper no me dejaba dormir

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Si tomaba un avión para ir a Wyland, Izan se hubiera molestado por haber dejado tirado el caso que estábamos investigando, pero la preocupación por saber qué sucedería cuando él enfrentara a Jasper no me dejaba dormir. Presentía que Izan callaba algo porque no me informó con detalles sobre lo que pasó.

Por otro lado visité a los niños, hermanos de Fabiola Leiva y se observaban de mejor aspecto a comparación del video, solo los pude ver por la ventana del comedor en donde estaban comiendo, pero conversé con la psiquiatra y accedió a mostrarme la carpeta con dibujos y otras grabaciones que realizó con ellos.

De un momento a otro en un dibujo, el padre había pasado a ser un ogro y Fabiola la heroína que corría con ellos de la mano. Era el dibujo mas evidente o que eso daba a entender, así que cuando más tarde arrestamos al señor Leiva, lo interrogué en la policía, sin embargo el negaba todo el tiempo que nunca le hizo ningún tipo de abuso sexual a sus hijos, su error fue ser alcohólico y mostrarse agresivo con las cosas del hogar, en su afán por descargar la ira y la frustración de ver a su esposa fallecer.

Aunque se notaba que decía la verdad, lo último que dijo es que en ocasiones su hija desaparecía por días con sus hermanos y que su hermana, tía de los niños, le confirmó que ellos nunca llegaron a quedarse con ella, quizás por vergüenza y no querer informar sobre lo que sucedía.

Después de esa declaración él se mantendría con arraigo en casa y sería vigilado en caso de cualquier pista. Ya que ahora debíamos descubrir a dónde se dirigía Fabiola con los niños para arrancar cuando su padre bebía.

Fue entonces cuando ocurrió otro asesinato que me obligó a centrarme en el caso.

Saliendo de la universidad me llamaron porque encontraron a una mujer de unos casi cuarenta años a la orilla del rio. Iba apresurada, pero me encontré de frente con Barbara la que había demostrado un interés más allá a Izan y no me dejó pasar para seguir con mi trabajo, me siguió hasta el estacionamiento.

—¿Qué tienes de especial que te han puesto a trabajar con Izan? —Puso su mano en mi hombro deteniéndome, miré su gesto en el rostro, molesta y envidiosa, luego me detuve en sus ojos.

—¿No estás contenta con tu compañero de práctica o es que no has podido convencerlo con sexo para obtener una buena calificación? —Tomé su mano y la medio empujé.

Me gritó estupideces a la que hice oído sordo porque tenía otras cosas mas importantes que hacer, como evitar que Izan me regañara por no enfocarme en el trabajo a su regreso, así que después de llegar al lugar del homicidio, tomar las fotografías y cerrar el lugar para analizarlo en caso de pistas, fui a medicina legal enviándole un mensaje a Izan de lo sucedido.

Miguel, el forense estaba tratando el cuerpo de la chica y descubriendo todo aquello posible. Primera vez que venia sola y eso me hacía sentir nerviosa, no obstante quería hacer un buen trabajo de investigación.

Snowland II El despertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora