En una lujosa habitación de hotel, frente a un gran espejo, se encontraba cierto omega pelilargo que arreglaba el cuello de su camisa
-Es ahora- murmuró sintiendo como su estómago se revolvía gracias a los nervios y la emoción
Respiro profundamente cerrando los ojos y cuando los abrió esbozo una suave sonrisa para comenzar a cepillar sus largos cabellos
Abraxas había muerto hace poco menos de tres meses en un incendio y después del funeral Narcissa y él hicieron maletas para ir en busca de cierto alfa
-¡Papá!
Este pequeña voz seguida de unos cuantos pasitos lograron sacarlo de sus pensamiento y de la nada sintió un peso en su pierna. Agrandando su sonrisa bajo la cabeza para poder ver al pequeño niño rubio que se abrazaba a su pierna
-Draco ya te he dicho que no corras- con cariño le acarició sus cortos cabellos
-Los siento
-Bueno, ¿Y a qué venías?
La confusión relampagueo un momento por sus bonitos ojos color miel para después abrirlos con sorpresa
-¡Cierto!- exclamó dando un aplauso- dice mamá que ya tenemos que irnos
-Muy bien entonces ve por tu suéter y yo los alcanzaré en un momento
-¿Puedo usar el de estrellas?- preguntó con emoción a lo que Lucius asintió con la cabeza
Ante la positiva, Draco, salió corriendo de la habitación dando algunos pequeños brincos
-Espero que todo salga bien- murmuró viéndose al espejo una última vez antes de salir de la habitación
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Por las extensas calles de la bulliciosa ciudad la pequeña familia de rubios iba caminando. Ambos adultos iban en silencio mientras que el menor iba tarareando una animada canción
Cuando doblaron en la esquina los adultos se detuvieron y vieron como al otro lado de la calle había un estudio de grabación bastante vistoso y el cual era rodeado por varias personas
Al ver el edificio las manos del rubio comenzaron a temblar y sudar; su estómago se revolvió y sintió como si fuera a vomitar
-Creo que esto es una mala idea- cuando Narcissa vio que el omega se iba a dar la vuelta lo sostuvo de los hombros deteniéndolo
-Ya estamos aquí y no te puedes echar para atrás
El niño, al ver que comenzaban a hablar, soltó sus manos y comenzó a brincar como si estuviera jugando al avioncito ignorándolos
-Pero Cissy- se quejó haciendo que la rubia rodara los ojos- le dije muchas cosas horribles
