๋࣭❕.•✧ ໒ 𝐌𝐢𝐠𝐮𝐞𝐥 𝐎'𝐡𝐚𝐫𝐚 - 𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 （𝒮ℴ𝒻𝓉 𝓎 𝒮𝓂𝓊𝓉）

➤ 𝐌𝐮𝐧̃𝐞𝐪𝐮𝐢𝐭𝐚 ❀

(Por fin volví-)

-Un trato de princesa hace feliz a cualquier chica, aunque un trato de muñeca parece el juego perfecto para Miguel

➾ Alerta smut - ligero masoquismo 

...Ay ya solo agarra la cinta que te van a partir en dos-

Delicados gemidos suaves se escapaban de tus labios partidos, Miguel estimulaba tu maravilloso punto dulce de excitación que era el clitoris, sus dedos se escabullían bajo tus caderas presionando en suaves círculos ese punto, sus colmillos clavados en la sensible y suave piel de tu cuello, sin sedarte pero quejándote ante el ligero dolor

Tus labios temblaban y tus cejas se fruncían en placer, tus manos se aferraban a sus hombros sintiendo que en cualquier momento te derretirías por la suave y placentera sensación entre tus piernas

Si bien, siempre eras tratada de la más suave y mejor forma posible por tu pareja, tratándote como su linda muñequita delicada

Aunque aveces no te gustaba ser tan consentida a Miguel no le importaba, procuraba llevarte algo, algún detalle cada que regresaba a casa

Mimándote y cuidando de ti de todas las maneras posibles, considerándote lo más preciado que podía tener, tal y como lo eras, su vida entera, aveces lo veías demasiado atento y exagerado, pero no te molestaba, de hecho, te trataba como si fueses una princesa y a pesar de eso no te aprovechabas de su generosidad contigo

Él decidía consentirte y lo hacía, él decidía mimarte y lo hacía, él quería comprarte toda la tienda de flores y lo haría

Claro, puede que hayan situaciones en el que no sea el hombre más suave del mundo...así es, estoy refiriéndome a la cama, o más bien cualquier lugar donde pueda tomarte y hacerte venir, el único momento en el que no controla su razonamiento y te vuelves su juguete de placer, te coge como quiere, en la posición que quiere y deja marcas donde él quiere

Su oficina en la sociedad, la casa, la cocina, la sala, el aseado suelo de la casa, la habitación, contra una pared, en una silla, su escritorio de trabajo, en un hotel, todo con el debido cuidado pero nada de atención a sus comportamientos sexuales, todos esos lugares podían ser su escenario de placer

Si tú se lo pedías él te trataría como su delicada muñeca de porcelana, vistiéndote en finos vestidos
Y también si tú lo dejabas, él te trataría como a una muñeca de trapo sin miedo a que tu fina tela prenda de un hilo y se rompa

•••

Te encontrabas sobre de el pecho de Miguel tus caderas se reposaban en su pelvis, una mano concentrada en el lento y tortuoso movimiento circular sobre tu hinchado clitoris y la otra tras de tu cuello, haciendo tu cabeza a un lado para darle más acceso a sus dientes, exactamente, tu cuello siendo devorado en besos y pequeñas mordidas de vez en cuando

Las pantallas de un brillante color amarillo esparcidas por su lugar de trabajo que de un momento a otro dejaron de importarle cuando te vió entrar por la puerta de su "oficina" más cuando de tus dulces tratos nació hornearle unas galletitas, pues sabías que estaría ocupado todo el día

Sin embargo fueron unas cuantas galletas y la necesidad de comerte a ti ya lo abrumaba, justo así fue como terminaste sentada en su regazo mientras el punzante pero por alguna razón placentero dolor provocado por sus colmillos clavados en tu cuello estaba presente

Al diablo todo ahora

Solo disfrutaba de su gusto por el sabor de tu piel y las ligeras gotas de sangre que salían de las marcas, tan solo uno de sus dedos empezando a prepararte, tus piernas abiertas con las suyas en medio, con la cadera ligeramente levantada para dejarlo deslizar sus dedos, poco a poco dos introduciéndose en tu ya húmeda entrada, no faltó mucho para que tus gemidos subieran de tono al brusco movimiento dentro, desde ya forzando a tus paredes a extenderse