Mi ponquésito. Ciclo cerrado.

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Solo desperté un día con tantas ganas de tener otro bebé.
Me invadía la emoción cuando esa idea por mi cabeza pasaba.
¡Pero han pasado ocho años!
¿no crees que es tarde? me decían.
Y yo solo respondía ella será la copia mía.
Muy segura estaba que de una niña se trataria y que de tanto desearla a mí se parecería.
¡Lo cumbre, es que no estaba embarazada todavía!
Pero ya yo lo sabía, que desde el cielo me llamaba, que ella me había escogido para que la vida yo le diera.
Y aunque esto fantasía pareciera. Les aseguro que así fue como sucediera.
Que hermoso ese sentimiento, que sensación tan indescriptible yo tenia, al saber que ya en mi pancita florecias.
Valiente desde el primer día de tu concepción, me llenabas de alegrías y también pareciera como que un súper poder me invadiera.
Y nació mi pequeño volcán en erupción, sus rizos como cascada de oro, sus ojos grandes y expresivos su mirada me invadía de ternura, de verdad que me apasionaba, parecía que hablaba al mirarnos. Nos tenía completamente enamorados.
Mi Catira quien pensara, que Valentina Alexandra, por fin llegará.
Enérgica, audaz, brincaba por toda la casa.
Es que así es ella eléctrica, y habla rapidito a veces no se le entiende ni un tantito.
Es bella, noble, siempre dispuesta ayudar y sobre todo a escuchar.
Gracias hija mía por venir a cerrar mi ciclo como madre y a enseñarme tantas cosas, contigo no me siento cobarde.
Me das las fuerzas que necesito para seguír adelante.
Eres dulce y comprensiva, fuerte y decidida.
Un gran futuro te depara la vida y allí estaré para apoyarte y hacerte rima.
Mi artista mi bohemia tus sueños no tendrán fin. Sigue así de auténtica.
Eres mi bebé eso ya lo sabes. Y aunque seas más grande que yo no dejaré de cargarte.
Al final de nuestra historia y aunque ya yo esté viejita, te seguiré arrullando en mis brazos dándote tetica.
Y al sentir la suave brisa que por tus mejillas rocen un poquito.
Sabrás que soy yo, comiéndome mis ponquésitos.

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