Hola, he ido intercalando entre "Buck" y "Evan" en los capítulos para no hacer tan repetitiva la lectura con respecto a los nombres, espero que estén disfrutando.
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― Chef, ¿Qué estás haciendo aquí? ―Mark se asomó a la cocina, donde Eddie tenía sus brazos, hasta los codos, metidos en agua jabonosa.
―Paul se marchó a mitad del turno. Estoy limpiando. ―Maldita sea.
―¿En serio? ¿Le dijiste a Bobby? Tendrá que conseguir a alguien para mañana.
―Sí. ―Estaba tan jodidamente cansado, tan cabreado. Por lo tanto listo para volver a casa.
Su móvil sonó y cuando lo sacó, el número de su casa se mostró en el identificador de llamadas.
―Hola. ―Terminó con la parrilla y comenzó a limpiar los armarios―. ¿Cómo te va?
―Todo está bien. Los niños están dormidos. No quería molestarte en el trabajo, pero... bueno, para ser honesto, por lo general, a esta hora, ya estás en casa y estaba preocupado.
―Estaba falto de personal. Estaré allí en quince minutos, más o menos. ¿Cómo estuvo tu día?
―Oh, eso apesta. Tuvimos un buen día. Debes decirle a Cristopher que te lo cuente mañana. ―Podía oír el orgullo en la voz de Buck. Era genial que Buck sintiera de esa manera acerca de sus hijos.
―¿Sí? ¿Quieres un poco de cheesecake? Tenemos de sobra.
―Eh... no, esta noche no, voy a dejarte descansar, estarás pronto en casa, ¿verdad?
―Sí, Buckaro. No tardaré mucho. ―No tardaría mucho, si podía evitarlo.
―De acuerdo, genial. ―Evan se detuvo un segundo y añadió a continuación―. Hasta pronto. ―Después, la línea se cortó, dejándolo con sus platos.
―¿Todo bien en casa, hombre?
―Sí, sólo Buck revisándome.
Eddie sonrió mientras Mark agarraba un trapo, para ayudarlo. ―Gracias.
Incluso con la ayuda de Mark, pasó casi una hora antes de que llegara a casa. Dios, era tarde. Esperaba que Buck estuviese dormido. La luz de la cocina parpadeaba, se dirigió hacia allí, se detuvo al darse cuenta que no era la luz de la cocina la que parpadeaba, sino las velas sobre la mesa del porche cubierto.
Velas, la mesa puesta y Evan, profundamente dormido en su silla.
―Oh... ―Sus ojos se llenaron de lágrimas, estaba tan cansado y tan avergonzado. Se inclinó y cargó a Buck para llevarlo a la cama.
Los ojos de Buck se abrieron y le dio una sonrisa brillante. ―Estás en casa.
